WALTERBORO, Carolina del Sur, EE.UU. — El otrora prominente abogado Alex Murdaugh, de Carolina del Sur, fue declarado culpable por las muertes a tiros de su esposa e hijo en un caso que expuso el desmoronamiento de una poderosa familia sureña con historias de privilegios, codicia y adicciones. Murdaugh, de 54 años, enfrenta entre 30 años de cárcel y prisión perpetua sin derecho a libertad condicional por cada cargo de homicidio cuando le dicten sentencia en una sesión programada para este viernes a las 9:30 de la mañana.
Tras deliberar durante menos de tres horas el jueves, el jurado declaró al acusado culpable de dos cargos de homicidio al final de un juicio de seis semanas que mostró la caída en desgracia del abogado.
Tras la lectura del veredicto, el juez Clifton Newman rechazó una moción de la defensa para que se anulara el juicio porque a su consideración "la evidencia de culpabilidad era abrumadora".
Murdaugh, que llevaba una camisa de vestir y una chaqueta, se mantuvo estoico, pero mostró una mueca leve cuando el jurado leía el veredicto. Una vez concluida la audiencia, Murdaugh fue esposado y retirado de la sala por dos agentes del sheriff.
Su esposa, Maggie, de 52 años, fue baleada cuatro o cinco ocasiones con un fusil y el hijo de ambos, Paul, de 22 años, fue baleado en dos ocasiones con una escopeta en las perreras próximas a su casa en una zona rural del condado Colleton el 7 de junio de 2021.
Los fiscales no tuvieron a su disposición las armas utilizadas en los homicidios ni otras pruebas directas como confesiones o salpicaduras de sangre. Pero tenían gran cantidad de pruebas circunstanciales, la principal un video guardado en el celular del hijo durante más de un año, tomado minutos antes de los homicidios y que según testigos había captado las voces de los tres Murdaugh.
El abogado defensor Jim Griffin dijo a la prensa que el equipo de Murdaugh estaba decepcionado del veredicto y no haría más comentarios sino hasta la sentencia.
El equipo jurídico estatal abandonó la corte en un ánimo de festejo. El fiscal general de Carolina del Sur, Alan Wilson, agradeció a la fiscalía su trabajo hasta altas horas de la noche durante seis semanas en un hotel local.
"Valió la pena. Porque logramos hacer justicia y ser la voz de Maggie y Paul Murdaugh", dijo Wilson. "El veredicto de hoy mostró que nadie, no importa quien sea en la sociedad, está por encima de la ley", agregó. Esta aseveración suscitó el aplauso de los espectadores.
Al cabo de los relatos de más de 75 testigos y la presentación de casi 800 evidencias, los jurados escucharon historias sobre amigos y clientes traicionados, el fallido intento de Murdaugh para escenificar su propia muerte a fin de defraudar a una aseguradora, un accidente fatal en una embarcación en el que estuvo implicado su hijo, la muerte de un ama de llaves en una caída en la casa de los Murdaugh, la macabra escena de los homicidios y la muerte de bubba, un perro ladrón de gallinas.
Al final, la suerte de Murdaugh parecía sellada con el video tomado con un celular por su hijo Paul, al que él llamaba el "Pequeño Detective" por su habilidad para encontrar frascos de pastillas de analgésicos en las pertenencias de su padre después de que había jurado que dejaría de tomarlos.
Los testimonios concluyeron con el turno de Murdaugh en el estrado de los testigos, donde reconoció haber robado millones a los clientes y mentido a los investigadores de que estuvo en las perreras donde ocurrieron los disparos pero rápidamente sostuvo su inocencia en los casos de las muertes de su esposa e hijo.
"Yo no mate a Maggie ni a Paul. Jamás causaría daño a Maggie y tampoco a Paul, nunca, en ninguna circunstancia", dijo Murdaugh.
Murdaugh había dicho repetidamente a la policía tras los homicidios que no había estado en las perreras y que tomó una siesta antes de visitar a su madre enferma aquella noche. Murdaugh llamó al 911 y dijo haber descubierto los cadáveres cuando regresó a casa.
Pero en su testimonio, Murdaugh admitió haberse reunido con Maggie y Paul en las perreras, donde dijo haberle quitado una gallina a un labrador llamado Bubba, cuyo nombre puede escucharse que el acusado menciona en el video, antes de regresar a la casa poco previo a que se cometieran los homicidios.
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Collins informó desde Columbia, Carolina del Sur.