ANN ARBOR, Michigan, EE.UU. — La policía desmanteló un campamento propalestino en la Universidad de Michigan, menos de una semana después de que varios manifestantes se presentaron en la casa de una funcionaria universitaria y colocaron bolsas de cadáveres falsas en su césped.
- Oficiales con cascos y máscaras de protección irrumpieron antes del amanecer para desalojar el Diag, conocido por décadas como un lugar de protestas en el campus. En videos publicados en línea se ve a policías utilizando en ocasiones lo que parece ser una sustancia irritante para rociar a las personas, que fueron obligadas a retirarse.
El campamento se colocó a finales de abril, cerca del fin del año escolar y mientras las familias llegaban para las ceremonias de graduación de primavera. También se colocaron carteles que hacían burla del presidente Santa Ono y de otros funcionarios de la universidad.
Tras el desalojo del campamento, se cerraron otros edificios cercanos, como las bibliotecas para estudiantes de licenciatura y graduados, y la policía impidió la entrada a los alumnos que acudieron a estudiar.
Ono dijo en un comunicado que el campamento se había convertido en un riesgo para la seguridad, con fuentes de energía eléctrica sobrecargadas y fuegos abiertos. Los organizadores, añadió, se rehusaron a cumplir con las solicitudes de realizar cambios después de una inspección realizada por un jefe de bomberos.
"El desprecio por las directivas de seguridad fue el más reciente de una serie de sucesos problemáticos centrados en un campamento que siempre ha violado las reglas que gobiernan el Diag, especialmente aquellas que garantizan que el espacio esté disponible para todos", dijo Ono.
Los manifestantes exigían que las universidades dejen de invertir su fondo patrimonial en empresas que tengan vínculos con Israel. Pero la Universidad insiste en que no tiene inversiones directas y que se han asignado menos de 15 millones de dólares a fondos que podrían incluir empresas en Israel. Esto equivale a menos de 0,1% del fondo patrimonial total.
"No hay nada más que decir. Ese tema está saldado", dijo la semana pasada Sarah Hubbard, presidenta del Consejo Rector de la Universidad.
Un grupo de 30 manifestantes se presentaron en su casa la semana pasada, antes del amanecer, y colocaron en su césped bolsas rellenas y pintadas de rojo que recordaban las bolsas de cadáveres. Tocaron un tambor y corearon consignas usando un megáfono.