WASHINGTON.— La violencia armada es un problema de salud pública en Estados Unidos agravado por el creciente número de muertes y heridas por armas de fuego, declaró el martes el director de salud pública del país.
La advertencia del doctor Vivek Murthy surge poco después de un fin de semana sangriento en que docenas de personas murieron o resultaron heridas por disparos.
"La gente quiere caminar por su vecindario y sentirse a salvo", dijo Murthy en entrevista telefónica con The Associated Press. "Estados Unidos debe ser un país donde todos debemos poder ir a la escuela, al trabajo, al supermercado, al templo, sin tener que preocuparnos de que eso pondrá en riesgo nuestras vidas".
A fin de reducir las muertes por violencia armada, Murthy pidió prohibir los fusiles automáticos, introducir revisiones de antecedentes universales para la compra de armas, regular la industria, aprobar leyes que restrinjan el uso de armas en espacios públicos y penalizar a quienes no almacenen de manera segura sus armas.
Ninguna de esas sugerencias podrá ser realidad sin la acción del Congreso, que suele ser renuente a aprobar medidas de control de armas. Algunas legislaturas estatales, sin embargo, ya han aprobado o podrían considerar algunas de las propuestas del director de salud pública.
Por otra parte, la Casa Blanca reportó el martes que más de 500 personas, entre ellas algunas vinculadas a cárteles transnacionales y grupos del crimen organizado, han sido acusadas de tráfico de armas y otros delitos bajo una histórica ley sobre uso de armas firmada por el presidente Joe Biden hace dos años.
El reporte obtenido por la AP sobre la implementación de la Ley Bipartidista para Comunidades Seguras agrega que las revisiones más detalladas de antecedentes bajo la nueva ley impidieron unas 800 ventas de armas de fuego a personas menores de 21 años que no debían tenerlas.
La ley es un logro histórico para el presidente demócrata, y las revelaciones sobre cómo ha sido implementada están saliendo a la luz pública mientras busca la reelección en noviembre. Pero el mismo Biden admite que no ha sido suficiente, y ha pedido revisiones de antecedentes más estrictas y una prohibición a los fusiles de asalto.
Murthy dijo que hay "un consenso generalizado" de que la violencia armada es un problema, citando una encuesta del año pasado según la cual la mayoría de los estadounidenses se preocupan al menos ocasionalmente de que un ser querido podría ser lastimado por un arma de fuego.
Más de 48.000 estadounidenses murieron por armas de fuego en 2022.