SEÚL, Corea del Sur — El gobierno de Corea del Sur avaló formalmente la seguridad de los planes japoneses de verter al mar las aguas residuales tratadas de la central nuclear de Fukushima, en un intento de calmar los temores de la población sobre la contaminación de los alimentos.
La evaluación de Seúl se basa en un estudio de 22 meses realizado por científicos financiados por el gobierno y coincide con las opiniones del Organismo Internacional de Energía Atómica. El organismo aprobó los planes japoneses de vertido esta semana, afirmando que las aguas residuales tratadas cumplirían las normas internacionales de seguridad y que su impacto ambiental y sanitario será insignificante.
La revisión de Corea del Sur se centró en cualquier impacto que el vertido de aguas residuales pudiera tener en Corea del Sur, y "el resultado mostró que su efecto en nuestras aguas sería insignificante", dijo Bang Moon-kyu, ministro surcoreano de la Oficina de Coordinación de Políticas Gubernamentales, durante una conferencia de prensa.
Incluso antes del anuncio, las autoridades surcoreanas han hecho una activa campaña para disipar la inquietud de la opinión pública sobre el vertido de aguas residuales, celebrando reuniones informativas diarias para abordar lo que describen como "temores excesivos" y ampliando las pruebas de radiación en el pescado importado de Japón o capturado en mares cercanos.
Los legisladores conservadores del partido al que pertenece el presidente Yoon Suk Yeol incluso han visitado un mercado de mariscos para beber agua de mar de los tanques de peces en un extraño gesto para certificar la seguridad alimentaria, aunque todavía no se ha vertido agua residual de Fukushima.
La preocupación pública persiste mientras los minoristas informan de un aumento de las ventas de sal marina, aparentemente impulsado por los consumidores que buscan abastecerse antes de la liberación de las aguas.
Los legisladores liberales de la oposición, que controlan la mayoría del parlamento surcoreano, han prometido una lucha frontal contra los planes de vertido japoneses y acusaron al gobierno de Yoon de poner en peligro la salud del país al intentar desesperadamente mejorar las relaciones con Tokio.
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Los videoperiodistas de The Associated Press Yong-ho Kim y Yong Jun Chang contribuyeron a este despacho.