Kiev, Ucrania
Con tropas rusas en su suelo, Ucrania recibió la noticia de que el brazo ejecutivo de la Unión Europea recomendó que se le conceda el estatus de candidata para ingresar algún día en el bloque de 27 naciones. La promesa de acceder a una unión creada para salvaguardar la paz en el continente tiene un profundo simbolismo para la nación en guerra, pero es apenas el primer paso en un proceso que podría durar décadas.
Además, no silenció las armas ni la artillería que siguen matando a civiles y arrasando ciudades, además llevar a millones de personas a abandonar el país desde el inicio de la invasión rusa el 24 de febrero.
Rusia siguió adelante con sus ataques sobre ciudades de la región oriental de Donbás, que han dejado a sus desesperados residentes luchando para encontrar sentido a lo que les depararán los próximos años.
“Somos personas mayores, no tenemos otro sitio a donde ir ¿A dónde voy a ir?”, se preguntó el jueves Vira Miedientseva tras un ataque ruso sobre Lysychansk, que está justo al otro lado del río de Sievierodonesk, la ciudad en la que las tropas rusas han puesto el foco en las últimas semanas y que están a punto de tomar.
La recomendación de la Comisión Europea es el primer paso en el largo proceso hacia la adhesión y se produce un día después de que cuatro líderes del bloque prometieran apoyar la candidatura de Kiev durante una visita al país. Los líderes de las 27 naciones del bloque analizarán la recomendación en una cumbre en Bruselas la próxima semana. Para iniciar el proceso de las negociaciones de entrada se necesita la aprobación unánime de todos los socios.
La guerra ha incrementado la presión sobre los gobiernos comunitarios para actuar con mayor rapidez en lo referente al estatus de candidato de Ucrania, pero se espera que el proceso se demore varios años, y los socios siguen divididos en cuanto a la rapidez y el grado de apertura hacia los nuevos miembros.
Por otra parte, la Armada ucraniana afirmó el viernes que atacó el buque ruso Vasily Bekh, que transportaba sistemas de defensa aérea, munición y personal a la Isla de la Serpiente, vital para la protección de las rutas marítimas que parten del puerto de Odesa.
La isla, ubicada a unos 35 kilómetros (20 millas) de la costa, tuvo un protagonismo memorable al inicio de la invasión, cuando los guardias fronterizos ucranianos estacionados allí desafiaron la orden rusa de rendirse, utilizando un llamativo lenguaje que más tarde se convirtió en un grito de guerra.
El buque insignia de la flota rusa en el Mar Negro, que se empleó en la toma de la isla, fue hundido en abril por Ucrania, en un importante golpe de las fuerzas de Kiev, superadas en número y armamento por las de Moscú, aprovechando la tecnología y la inteligencia estadounidense.
Tras el hundimiento del Moskva, los rusos empezaron a instalar un sistema de misiles antiaéreos llamado TOR en las cubiertas de sus buques, afirmó la armada ucraniana el viernes, apuntando que no fue suficiente para evitar que sus fuerzas “desmilitarizaran a los ocupantes rusos”.
Las autoridades rusas no reaccionaron de inmediato al reclamo ucraniano.
A pesar del aparente éxito, Ucrania ha instado a sus aliados a enviarle más y mejores armas alegando que no puede contener a las poderosas tropas de Moscú sin más apoyo. Las armas occidentales han sido críticas en el sorpresivo éxito que ha tenido la asediada nación hasta ahora.