LONDRES
La Cámara de los Comunes reabría tras los 11 días de receso de Semana Santa y se esperaba que Johnson se disculpara por lo que ha insistido fue un desliz menor, aunque ha rechazado las peticiones de la oposición de que renunciara por incumplir las restricciones que impuso al país durante la pandemia.
Johnson y sus aliados alegaron que sería un error cambiar de líderes cuando Gran Bretaña enfrenta crisis como la guerra en Ucrania y un aumento del coste de la vida impulsado por un auge de los precios de la energía y los bienes de consumo.
Johnson y su gobierno conservador han enfrentado una indignación creciente desde que el año pasado surgieron acusaciones de que su equipo y él habían celebrado fiestas de oficina en 2020 y 2021, cuando millones de personas en el país tenían prohibido reunirse con amigos y familiares o incluso asistir a los funerales de sus seres queridos.
El primer ministro pagó la semana pasada una multa de 50 libras (66 dólares) por asistir a su propia fiesta sorpresa de cumpleaños en Downing Street en junio de 2020. La sanción convirtió a Johnson en el primer jefe de gobierno británico condenado por incumplir la ley durante su mandato.
La multa seguía a una investigación policial y una pesquisa civil sobre el escándalo. Johnson intentó esquivar las cuestiones, primero diciendo que nunca hubo fiestas y después insistiendo en que creía que no se había incumplido ninguna norma.
La oposición acusó a Johnson de engañar al parlamento, una infracción que suele conllevar la renuncia.
La posición de Johnson pareció estar en juego este año por el escándalo y la marcha de varios miembros de su equipo. Sus aliados temían que el escándalo de las fiestas se convirtiera en un punto de inflexión para un mandatario que ha capeado otras controversias sobre sus gastos y su moral. Algunos legisladores conservadores pidieron abiertamente una moción de censura sobre su líder.
Pero Johnson se ha mantenido, debido en parte a que la invasión de Rusia en Ucrania distrajo al público y la atención política.
La imagen internacional de Johnson, empañada por la caótica salida británica de la Unión Europea bajo su liderazgo, se ha restaurado por su firme apoyo militar, político y moral a Ucrania.