BERLÍN — En un mundo que aún lidiaba con las consecuencias económicas de la pandemia y la guerra en Ucrania, dignatarios de 40 países se reunían en Berlín para conversaciones directas sobre cómo mantener la atención en la lucha contra el cambio climático y en abordar sus efectos.
Los organizadores han presentado el encuentro de dos días como oportunidad para reconstruir la confianza entre países ricos y pobres de cara a la cumbre climática de este año en Egipto, después de que las conversaciones técnicas del último mes no lograran grandes avances en temas cruciales como la ayuda climática para países en desarrollo.
Los países en desarrollo aún están esperando a que las naciones ricas proporcionen los 100.000 millones de dólares anuales prometidos en ayuda climática, un objetivo que se había marcado para 2020.
Sin embargo, los grandes contaminantes se resisten desde hace mucho a la idea de que deben pagar por la destrucción que sus emisiones de gases de efecto invernadero provocan en todo el mundo.
Las conversaciones a puerta cerrada en Berlín comenzaban con una presentación de expertos sobre “pérdidas y daños” a los ministros, que después se dividirían en grupos más pequeños para conversar y escucharse con la esperanza de ganar confianza antes de la cumbre de la ONU convocada en noviembre en Sham el-Sheikh.
La reunión alemana comenzaba en plena ola de calor extremo, que ha golpeado gran parte del Hemisferio Norte durante las últimas semanas. Los científicos señalan que eso podría convertirse en la nueva normalidad del verano si continúa el calentamiento global.
“Depende de nosotros, en estos tiempos inciertos, actuar con rapidez para asegurar que las acciones climáticas se mantienen arriba en la agenda internacional, y que la situación actual no se toma como pretexto para retroceder o renegar de compromisos previos, especialmente los relacionados con apoyar a los países en desarrollo”, dijo el ministro egipcio de Exteriores, Sameh Shoukry, que presidirá la cumbre de Sharm el-Sheikh.
China participaba a la cita en Berlín, mientras que Rusia no fue invitadaLa cuestión de las fuentes de energía amenazadas por la guerra de Rusia en Ucrania se cernía sobre las conversaciones.
Activistas medioambientales advierten que los recientes esfuerzos de países como Alemania para buscar nuevas fuentes de combustibles fósiles podría socavar las ya frágiles acciones climáticas de los países. Se esperaba que el canciller de Alemania, Olaf Scholz, abordara en Berlín la compra de gas natural licuado de Egipto con el presidente del país, Abdul Fatá el Sisi, apenas a unas pocas millas de donde se celebraban las conversaciones climáticas.