Madrid, España
Una simple actualización informática ha desatado el caos por todo el planeta, con hospitales fuera de servicio, pasajeros sufriendo colas y cancelaciones de vuelos y trenes, bancos funcionando a medio gas y los pagos por aplicaciones suspendidos temporalmente.
Todo por un antivirus muy extendido que, en su última actualización, tumbaba el sistema operativo de Microsoft, uno de los más usados del mundo.
Mientras los expertos informáticos trataban de ponerle remedio a la "pantalla azul de la muerte", como se denomina al mensaje de error que ofrece Windows al quedar fuera de juego, las autoridades de los numerosos países afectados transmitían tranquilidad y daban soluciones de urgencia a la ciudadanía.
Muchos especialistas lo califican como una de las mayores caídas globales informáticas de la historia, en una escala casi sin precedentes y que pasará a la historia, como lo hicieron los ciberataques WannaCry, de 2017.
Los expertos consultados opinan que todavía es pronto para valorar el alcance del problema: pasarán días o semanas hasta que se pueda calcular su incidencia real.
Los aeropuertos de varios países han amanecido este viernes sumidos en la confusión, lo que sirvió de alerta del tsunami de problemas que afectaría a numerosas empresas, más allá del sector aéreo; también en el financiero, medios de comunicación, así como en otras industrias e infraestructuras críticas.
Las incidencias se multiplicaron con el paso de las horas, abarcando desde la Bolsa de Londres hasta la cadena de televisión Sky, el sistema de pagos electrónicos Bizum y a infraestructuras de transporte de buena parte de Europa y de América.