Durante una conferencia de prensa en una cumbre franco-española en Barcelona, España, Macron dijo que "debemos hacer esa reforma" para "rescatar" el sistema de pensiones.
Al tiempo que Macron daba sus declaraciones, la policía antidisturbios obligó a retroceder a manifestantes que lanzaban proyectiles al margen de una marcha en París que se realizaba mayormente de manera pacífica. La situación volvió a la normalidad rápidamente.
Según las nuevas normas, los trabajadores franceses tendrían que trabajar más antes de retirarse, ya que la edad básica para la jubilación subirá de los 62 a los 64 años. En un país con una población envejecida y una creciente esperanza de vida donde todo el mundo recibe una pensión del Estado, el gobierno de Macron afirma que la reforma es la única manera de que el sistema sigua siendo solvente.
Los sindicatos alegan que la reforma de las pensiones pone en peligro derechos muy peleados y proponen un impuesto a los ricos o que los empleadores aumenten su contribución en las nóminas para financiar el sistema de pensiones. Los sondeos apuntan a que la mayoría de los franceses se opone a la reforma.
Más de 200 marchas se realizaron en todo el país el jueves, incluyendo una masiva en París en que participarían todos los sindicatos importantes de Francia.
Jean Paul Cachina, de 56 años, un trabajador de recursos humanos, se sumó a la marcha en la capital francesa —algo nuevo para él.
Muchos jóvenes se encontraban entre la multitud de París, coreando "la juventud está protestando. Macron, estás acabado". Los sindicatos de estudiantes de secundaria habían instado a sus integrantes a unirse a las protestas.
Nathan Arsac, de 19 años, estudiante y miembro del sindicato UNEF, dijo: "Tengo miedo de lo que va a pasar después. Podríamos perder muy rápido nuestros logros sociales. Tengo miedo del futuro cuando yo sea mayor y tenga que jubilarme".
Sylvie Béchard, una enfermera de 59 años, dijo que se sumó a la marcha porque "nosotros, los trabajadores de la salud, estamos agotados físicamente".
De momento se desconoce el impacto económico de las huelgas. Al gobierno le preocupa que una gran muestra de resistencia el jueves pueda alentar a los sindicatos a continuar con paros prolongados que podrían obstaculizar la economía justo cuando Francia lucha contra la inflación y trata de impulsar el crecimiento.
Los sindicatos policiales que se oponen a la reforma al sistema de pensiones también participaron en las marchas. Los agentes que estaban en servicio se prepararon para posibles incidentes violentos por si grupos extremistas se unían a las protestas.
La mayoría de los servicios de tren en Francia fueron cancelados el jueves, entre ellos algunas conexiones internacionales, según la autoridad ferroviaria SNCF. Aproximadamente 20% de los vuelos que salían del Aeropuerto de Orly de París se cancelaron y las aerolíneas advirtieron de retrasos.
Entre el 34 y el 42% de los maestros estaban en huelga, dependiendo de la escuela, según el Ministerio de Educación Nacional.
Thierry Desassis, profesor retirado, tachó de "aberración" el plan del gobierno.Los paros también afectaban a algunos monumentos. El Palacio de Versalles cerró el jueves, mientras que la Torre Eiffel advirtió sobre posibles afectaciones en el servicio y el Museo Louvre informó que algunas salas permanecerán cerradas.
- Philippe Martínez, secretario general del sindicato CGT, instó a Macron a "escuchar a la calle".
Laurent Berger, líder del sindicato CFDT, catalogó la reforma del gobierno como "injusta" y advirtió que "habrá otros días de acciones".
Muchos trabajadores franceses expresaron sentimientos encontrados sobre el plan del gobierno y subrayaron la complejidad del sistema de pensiones.
Quentin Coelho, de 27 años y empleado de Cruz Roja, sintió que debía trabajar el jueves pese a comprender "la mayoría de las demandas de los huelguistas". Con una población envejecida en el país, dijo, subir la edad de jubilación "no es una estrategia eficiente. Si lo hacemos ahora, el gobierno podrá decidir subirla más en 30 o 50 años. No podemos predecirlo".
Coelho dijo no confiar en el gobierno y que de antemano ahorra para su jubilación.