Washington.- Las principales organizaciones que abogan por los derechos de los latinos han unido sus voces para enfrentar la nueva embestida de Donald Trump contra los migrantes, la llamada "Operación Aurora", que eleva a otro nivel su batalla contra la inmigración. "Simplemente, ha declarado la guerra a la comunidad latina", afirmó María Teresa Kumar, presidenta de Voto Latino. "Es una amenaza para todos aquellos que Trump considera indeseables. Es una promesa de utilizar al ejército para destrozar a las familias estadounidenses y detener o deportar a quien quiera", advirtió.
Los dirigentes de cinco de las más destacadas organizaciones latinas coincidieron en elevar al máximo las alertas ante la última promesa electoral del candidato republicano a la presidencia que, aseguran, implicaría la deportación no solo de los inmigrantes indocumentados, sino de muchos ciudadanos estadounidenses.
"Trump ha adoptado una agenda extremista, y eso no es nada nuevo, pero ahora nos lleva a un nivel sin precedentes al invocar una ley de hace más de 200 años, la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798. El plan de Trump no es solo revertir el progreso, sino erosionar los derechos y protecciones fundamentales de los inmigrantes, residentes legales e incluso ciudadanos naturalizados", advierte Sindy Benavides, presidenta de Latino Victory Project.
La ley mencionada es a la que pretende aferrarse el republicano para llevar a cabo la mayor deportación de la historia, epicentro de su discurso en cada mitin electoral. La norma, utilizada en tiempos de guerra, contempla la expulsión de los enemigos que invaden Estados Unidos, bajo la perspectiva de Trump, los inmigrantes. Desde que fue promulgada, a finales del siglo XVIII, esta norma solo se ha aplicado en tres ocasiones: la guerra de 1812, la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial.
El 11 de octubre, Trump prometió aplicar la ley para llevar a cabo la deportación de inmigrantes, que bautizó como Operación Aurora, en referencia a la ciudad homónima de Colorado. En agosto, Aurora saltó a los titulares porque el republicano aseguró que estaba ocupada por miembros de la banda criminal venezolana Tren de Aragua, algo que hasta el alcalde republicano de la ciudad, Mike Coffman, desmintió.
Trump nunca ha especificado cuál sería el mecanismo para realizar la deportación masiva. En el foro realizado con votantes latinos indecisos en la cadena de televisión Univisión el miércoles por la noche, el aspirante a la Casa Blanca evitó el asunto y no respondió a la pregunta sobre ello. A cambio, volvió a demonizar a los inmigrantes, a quienes culpa de todos los males del país.
A pesar de esta indefinición, los defensores de los derechos de los latinos temen que las detenciones se produzcan basándose en la apariencia física y en el color de la piel, lo que incluso pondría en peligro de deportación a millones de latinos que son ciudadanos.
"Habla de deportación masiva, pero no da detalles específicos. Dice que empoderará a los funcionarios locales. Y sabemos lo que pasa cuando la gente no ha sido capacitada para ello; será un caos. Anteriormente ya ha separado familias", prevé Janet Murguía, presidenta de UnidosUS Action Fund.
La aplicación de la polémica ley permitiría la expulsión de personas sin necesidad de un proceso y migrantes beneficiarios de permisos de residencia, como los dreamers – migrantes que llegaron de niños –, temen ser objeto de la expulsión.
"No se refiere sólo a los inmigrantes recientes. También quiere quitarles el estatus legal a quienes lo tienen, como los beneficiarios de DACA – el programa para los dreamers – y TPS – estatus de protección temporal –, que viven en el país desde hace décadas. Cuando fue presidente ya intentó cancelar estos programas y quiere hacerlo nuevamente si llega a la Casa Blanca", advirtió Vanessa Cárdenas, directora de America´s Voice.
Esta organización anunció ayer una campaña en los Estados clave de Nevada y Arizona en la que quieren contar historias reales "y alentaremos a los inmigrantes y a todos los estadounidenses a ingresar a las redes sociales y compartir su historia de inmigración, porque nuestras historias hicieron grande a este país y nuestras historias son poderosas", señaló.
Las organizaciones latinas han respaldado en su mayoría a Kamala Harris y se han dedicado en los últimos meses a hacer campaña para que los hispanos salgan a votar. En estas elecciones hay cuatro millones de latinos que tienen derecho al voto por primera vez. Con 36,2 millones de ciudadanos con derecho al voto, los latinos pueden tener en su mano el desenlace de las elecciones. Su decisión será determinante en los Estados clave como Nevada, donde suponen el 20% del electorado, y Arizona, donde alcanzan el 25%.
Héctor Sánchez Barba, presidente de Mi Familia Vota, se queja de las consecuencias que está teniendo en la campaña la demonización de los inmigrantes. "Hemos visto gente acosando a nuestros encuestadores de forma muy ofensiva. Hemos aumentado drásticamente la seguridad en nuestros propios espacios", dice de las cerca de 30 oficinas que tienen en todo el país. "Acabamos de recibir un encuestador que fue golpeado. Fui testigo de ese tipo de comportamiento en Arizona. Estuve allí ayer, sondeando con mis equipos. Lo he visto en universidades de Nevada y está directamente relacionado con la retórica contra los inmigrantes de Trump y el Partido Republicano", sostiene.
Cárdenas, de America´s Voice, estima que la campaña de Trump ha gastado más de 500 millones en actos contra la inmigración este año, que es 11 veces más de lo invertido en 2020. "No es de extrañar que amenacen a las trabajadoras y a los trabajadores electorales, porque cuando escuchan los repetidos avisos de Trump de que estamos siendo invadidos, se lo toman en serio. Ahora Trump quiere convertir esa teoría de la conspiración sobre la invasión en una política real de deportación masiva", afirma.
En los días que faltan hasta el 5 de noviembre, estos grupos continuarán la labor de información y de estímulo del voto latino. En el supuesto caso de que el republicano vuelva a ocupar la Casa Blanca, su intención es empezar acciones legales contra las políticas del republicano, con las que podrían ganar tiempo para evitar las deportaciones, aunque "no está claro durante cuánto tiempo podemos intervenir", reconoce Murguía. Antes y después de las elecciones su objetivo es informar a los latinos de sus derechos y prevenirles de lo que puede pasar.
"He oído en algunos medios que hay votantes latinos que creen que Trump está bromeando cuando habla de deportaciones masivas. Eso es grave porque esto se debe tomar en serio. No es ninguna broma", avisa.