NEW MILFORD, Connecticut. - Rogers López sabe lo afortunada que es su familia al instalarse en su apartamento amueblado de dos habitaciones en un suburbio de Connecticut, justo antes de que el presidente electo, Donald Trump, asuma el cargo.
López, su esposa Karina Cañizarez y su hijo Jesús, de 5 años, son refugiados de Venezuela y Colombia que fueron acogidos por un equipo de voluntarios cuando llegaron en diciembre. Encuentros similares se repitieron en todo el país mientras los grupos de reasentamiento aprovechaban los últimos días del presidente Joe Biden en la Casa Blanca para encontrar hogares para los refugiados, antes de que Trump limite drásticamente, si no la elimina, esta vía hacia la seguridad y la ciudadanía.
"Siempre, el proceso de refugio es difícil", dijo López, de 29 años, que contó que los "problemas políticos" lo obligaron a salir de Venezuela. "Pero será mucho mas difícil más adelante".
El Programa de Admisión de Refugiados de Estados Unidos ha recibido a más de tres millones de personas desde que el Congreso lo creó en 1980 para proteger a quienes temen ser perseguidos debido a su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social u opinión política.
Trump, que impuso límites estrictos a la llegada de refugiados en su primer mandato, prometió "suspender el reasentamiento" como parte de un esfuerzo más amplio para "terminar inmediatamente la invasión migratoria de Estados Unidos".
Los presidentes suelen establecer sus objetivos y Biden los aumentó, citando "la generosidad que siempre ha estado en el corazón del espíritu estadounidense", y los miles de millones de dólares que los refugiados han aportado a la economía estadounidense.
Casi 30.000 refugiados llegaron al país en los tres últimos meses de 2024, acercándose al límite anual de 125.000 fijado por el gobierno de Biden. En el último año de la presidencia de Trump se admitió a cerca de 11.000, la cifra más baja desde el inicio de los reasentamientos.
"La gente está desesperada por hacer el trabajo ahora porque tenemos una idea bastante clara de que toda la inmigración va a cesar, al menos por un tiempo, cuando él asuma el cargo", dijo Michele Shackelford, presidenta del grupo de Reasentamiento de Refugiados de New Milford, que ayuda a López y a su familia.