DETROIT.- Mientras que las ventas de vehículos eléctricos se disparan en China, la adopción de automóviles más respetuosos con el medio ambiente está tropezando en Estados Unidos y Europa, ya que fabricantes y gobiernos enfrentan apuros para cumplir con añejas promesas sobre asequibilidad y estaciones de carga. A esto se suman los vientos contrarios de un próximo presidente de Estados Unidos que ha menospreciado el apoyo gubernamental a los vehículos eléctricos.
China es la excepción. Impulsados por subsidios y mandatos gubernamentales, los vehículos con motores eléctricos —incluidos los híbridos enchufables que combinan motores eléctricos y de combustibles fósiles— superaron el 50% de las ventas en el mes de julio.
Las preocupaciones sobre la autonomía, la infraestructura de carga y los precios más altos son puntos dolorosos tanto para los entusiastas de los coches eléctricos como para los escépticos en Europa y Estados Unidos.
Paneles solares proporcionan electricidad en la casa de Detlef Mueller-Salis en Mainz, Alemania, por lo que pensó que ya estaba listo para prescindir totalmente de los combustibles fósiles. Pero las preocupaciones sobre la autonomía, los tiempos de carga y los confusos métodos de pago de la carga han resultado ser frustrantes.
Así que después de cuatro años, él y su esposa vendieron su Porsche Taycan y Fiat 500 eléctricos y compraron un BMW Serie 5 y un Volkswagen Polo, ambos de combustión interna.
El Fiat más pequeño podía recorrer 220 kilómetros (136,70 millas) con una carga en verano y 180 en invierno, dijo, pese a que el fabricante había especificado que tenía una autonomía de 320 kilómetros (198 millas). El tener que verificar constantemente la batería antes de efectuar viajes rápidos para visitar a los nietos y padres ancianos se volvió molesto.
Y también lo fue ir de vacaciones con tarjetas de pago de cinco planes de carga diferentes. El Porsche tardaba 30 minutos en cargarse en lugar de los 22 minutos anunciados, no una gran diferencia pero "no lo que la compañía prometió", dijo Mueller-Salis, quien está jubilado de una empresa de logística. El conducir rápido en la autopista reducía la autonomía, de modo que "lo pagabas con tiempo de carga".
Ken y Roxanne Honeycutt, dos jubilados de poco más de 70 años, conducen principalmente su Kia Soul usado en su ciudad cerca de Oakland, California. Cargan el vehículo eléctrico —el cual tiene una autonomía de unos 179 kilómetros (111 millas)— en su garaje y no dependen mucho de la infraestructura pública. Pero para viajes más largos tienen que planear con anticipación dónde harán paradas para obtener carga rápida.
"Queríamos probarlo", dijo Roxanne sobre el vehículo eléctrico. "A veces encontramos que las estaciones de carga no siempre funcionan, están averiadas, así que eso te da un poco de ansiedad si sabes que necesitas cargar".
Un día frío y lluvioso de enero, la autonomía del Soul disminuyó más rápido de lo esperado, por lo que tuvieron que detenerse dos veces para cargar. En otra ocasión se encontraron con varios cargadores que no funcionaban, incluso en California, donde la aceptación de los vehículos eléctricos encabeza al resto del país. Su autonomía se redujo a 20 kilómetros (13 millas).
"Estamos acostumbrados a tener una gasolinera en cada esquina, las 24 horas del día", dijo Roxanne. De todas formas el vehículo les gusta, agregó.
Los coches eléctricos no van a desaparecer. Son esenciales para la reducción de las emisiones de carbono que calientan el planeta, algo que los gobiernos se comprometieron a lograr bajo el acuerdo climático de París de 2015.
Las ventas de vehículos electrificados alcanzarán los 17 millones este año —uno de cada cinco coches vendidos a nivel mundial—, según la Agencia Internacional de Energía. Esto incluye híbridos enchufables que combinan un motor eléctrico con otro de combustión interna.
Pero aproximadamente el 60% de esas ventas ocurrieron en China.
En Europa, las ventas de coches solo eléctricos cayeron un 5,8% en enero-septiembre respecto al año anterior, mientras que su participación en el mercado descendió al 13% desde el 14%.
Los vehículos eléctricos no híbridos representaron el 8% de las ventas totales de vehículos en Estados Unidos en octubre. Por lo tanto, el mercado está creciendo, pero las ventas han disminuido. No están desplomándose, pero aún no están creciendo lo suficientemente rápido para cumplir con los objetivos climáticos.
QUEDAN BARRERASLos precios más altos importan. Un Volkswagen ID. 3 hatchback cuesta 39.995 euros (unos 42.090 dólares), en comparación con la versión de motor de combustible del Volkswagen Golf de tamaño similar, que vale 27.180 euros (29.136 dólares), según la asociación automovilística ADAC.
Los precios de los vehículos eléctricos en Estados Unidos han caído significativamente desde 2022, pero el precio promedio en octubre para uno nuevo —56.902 dólares— aún superaba el promedio de 48.623 dólares para un vehículo nuevo. El costo sigue siendo un problema para los consumidores estadounidenses más convencionales que los fabricantes de vehículos eléctricos desean atraer, según una encuesta reciente de The Associated Press-Centro NORC de Investigación de Asuntos Públicos y el Energy Policy Institute de la Universidad de Chicago.
La incertidumbre sobre los subsidios a los compradores también complica las comparaciones de precios.