CIUDAD DE MÉXICO
Luego del impacto que tuvo el empleo en América Latina por el confinamiento que provocó la pandemia, la recuperación proviene principalmente de los trabajadores por cuenta propia, debido a que la ocupación relativa al servicio doméstico se mantiene como la más rezagada, cuya mayoría son mujeres.
Así lo reveló el reciente informe Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe, elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en el que se muestra que, aunque cada país se reactiva de distinta manera, México refleja una recuperación tanto en el empleo como en el salario.
Ambos organismos expusieron que la recuperación de los empleos en la región ha favorecido, sobre todo, a los trabajadores por cuenta propia, seguido de los asalariados y, en último lugar, a las ocupadas en el hogar.
En particular, el trabajo por cuenta propia se redujo 7.5% en 2020 y creció 9.9% en 2021, es decir, ya logró recuperarse del todo. Por su parte, el número de trabajadores asalariados cayó 7.2% y luego rebotó 5.7%, de modo que está cerca de recuperarse.
En cambio, las trabajadoras domésticas sufrieron la pérdida más severa, de 20.9% en 2020 y la ocupación apenas aumentó 4.6% el año pasado, indicando que puede tomar más años lograr alcanzar el volumen de empleos que tenían antes de la crisis sanitaria por el Covid-19.
"En el servicio doméstico, los salarios cayeron de manera aún más profunda, en 9.7%, lo que sugiere una agudización de las condiciones de alta informalidad y precarización que marcan las relaciones laborales en esta categoría profesional", de acuerdo con el estudio.
"La caída de este tipo de ocupaciones [servicio doméstico] fue la más pronunciada en 2020, y su recuperación en 2021 fue mucho más lenta que la de otras".
Según el documento, los datos de la evolución salarial del servicio doméstico denotan el fuerte deterioro de sus condiciones salariales en un contexto en que la demanda de este servicio se vio fuertemente impactada por la disminución de los ingresos de los hogares durante la crisis.
La OIT y la Cepal detectaron que, a excepción de Argentina, El Salvador y Guatemala, entre 2018 y 2020 los salarios mínimos, al excluir la inflación, experimentaron ajustes positivos en la mayoría de los países, entre los que destaca México, cuyo indicador registró un alza acumulada de 35.8% en ese periodo. No obstante, señalaron que el aumento de la inflación en 2021 afectó de forma negativa los salarios mínimos reales de la región.