Cd. de México
El zapato folclórico, elemento clave en la vestimenta de bailarinas y bailarines que se hace notar en cada paso de una coreografía, ya no "suena" igual en su producción, ya que la pandemia cerró escuelas donde eran demandados y generó escasez de insumos.
Los principales clientes para este tipo de calzado son las escuelas de nivel básico, las especializadas en baile y las casas de cultura, pero en algunos casos se redujo el número de alumnos o incluso cerraron instalaciones, lo que provocó una baja en la producción del zapato.
Es por ello que esta fábrica, ubicada en la Ciudad de México, produce sólo el 57 por ciento del zapato folclórico para dama que elaboraba en 2019 y 60 por ciento de caballero.
"La gente se quedó sin trabajo, entonces no es que no les interese el baile, sino que ya no les alcanza, hay poco ingreso familiar", afirmó Javier Alvarez.
A esto se suma escasez en la proveeduría de insumos"Actualmente estamos sufriendo por un desabasto de materias primas, por una inflación alta hay escasez, probablemente acaparamiento de algunos productos y eso nos dificulta la continuidad", dijo José Luis Alvarez, su director de Ventas.
Uno de los insumos difíciles de conseguir son los hules antiderrapantes para la suela del zapato; antes de la pandemia tardaban 15 días en entregar un pedido y ahora dos meses, comentó.
Miguelito, que actualmente cuenta con alrededor 60 trabajadores, exporta 10 por ciento de su producción, principalmente a Estados Unidos, donde destacan como destinos California y Texas.
En el vecino país del norte, la mayor demanda es previa al festejo del 5 de Mayo, conmemoración de la Batalla de Puebla, ya que en esa fecha se tiene más fuerza como festejo que en septiembre con la conmemoración de la Independencia.
- Aunque los insumos son 100 por ciento nacionales y se adquieren en Guanajuato, Jalisco y la Ciudad de México, la empresa Miguelito ha buscado nuevos proveedores y elevó el inventario de materia prima para evitar más retrasos, agregó Javier Alvarez.