- CIUDAD DE MÉXICO
La especialista dijo que todo el esfuerzo que se había iniciado con la reforma energética de 2013, y que requería de por lo menos una década para empezar a dar resultados, es decir para este año, se destruyó cuando arrancó la Administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador, por lo que no sólo se ha perdido un sexenio, sino que se tuvo una regresión de 10 años.
"Lo que retrocedimos fueron más de seis años, es por lo menos una década, ojalá fueran seis años en los que no se hizo nada, pero no, el problema es que se destruyó lo que se tenía, se destruyó, por ejemplo, capacidad técnica, el capital humano que el más costoso de todos y el que más es difícil de recuperar", señaló.
Barrios señaló que la nueva política energética debe considerar al menos 10 ejes prioritarios como tener una planeación energética integral, con bases técnicas, objetivo de transición energética y que vincule el gas con la planeación eléctrica, es decir, conocer sin especulación la cantidad de gas que se requiere para la generación de electricidad.
"Una de las recomendaciones de seguridad energética es tener una diversificación de las fuentes de suministro. Cuando en la Administración pasada se decidió desarrollar los ductos y traer todo ese gas de Texas fue una decisión que se tomó al mismo tiempo de otras que iban a servir para mitigar ese riesgo.
"Para ello se consideraron las rondas, la política de almacenamiento y nada de eso se hizo; esa esa estrategia de mitigación de riesgos se canceló en esta Administración y ya no se propuso nada que la sustituyera entonces el riesgo que tenemos de depender de una sola fuente de suministro es muy alto", puntualizó.
Añadió que otra de las consideraciones para una nueva política energética es que se debe orientar la producción de hidrocarburos en México hacia la industria petroquímica, que es donde se tendrá el mayor valor agregado en el futuro.