Factores que detonaron el Lunes Negro en los mercados

El pasado 5 de agosto dejó una huella indeleble en operadores e inversionistas

Este 5 de agosto dejó una huella indeleble en operadores e inversionistas luego de que las pizarras de todas las bolsas del mundo se tiñeran de rojo. Te explicamos cuáles fueron los factores que detonaron este lunes negro en los mercados.


Mal dato de empleo

El pasado viernes 2 de agosto, el mercado estaba atento al dato de generación de empleo en Estados Unidos, el cual se ralentizó y resultó por debajo de las expectativas.

El Departamento de Trabajo estadounidense reportó la creación de 114 mil puestos de trabajo en julio tras un incremento revisado a la baja de 179 mil en junio. El mercado había pronosticado un aumento de nóminas de 175 mil.

Además, la tasa de desempleo se ubicó en 4.3 por ciento en julio, su mayor nivel desde octubre de 2021. Con ello, el mercado se dio cuenta de que la economía estadounidense se estaba desacelerando, avivando las preocupaciones por una recesión económica.


Advertencia por tecnológicas

En la última semana de julio, Bank of America (BofA) ya había advertido sobre la pérdida de dominio de las grandes tecnológicas (y la detonación de una burbuja inflada por la inteligencia artificial) en caso de que los inversionistas notaran señales de desaceleración en la economía de Estados Unidos.

"Los datos recientes sugieren que la economía mundial está 'enferma', y que 'estamos a una publicación de datos de nóminas negativos de distancia' para que las grandes acciones tecnológicas pierdan su dominio", señaló una investigación dirigida por Michael Hartnett, estratega jefe de inversiones en BofA.

Este lunes 8 de agosto, las grandes empresas tecnológicas perdieron alrededor de un billón de dólares en capitalización de mercado. El aclamado grupo de los "siete magníficos" está conformado por Apple, Amazon, Meta, Nvidia, Microsoft, Alphabet y Tesla.

Yen capta atención

El yen japonés llamó la atención de los inversionistas luego de los esfuerzos de autoridades financieras en Japón para repuntar el valor de la moneda luego de que cayera a mínimos de 38 años frente al dólar.

El Banco de Japón tuvo que intervenir con la inyección de billones de yenes en su sistema financiero para apuntalar el valor de su divisa. Además, informó de un sorpresivo aumento a los tipos de interés hasta el 0.25 por ciento la semana pasada, junto al cual anunció un plan para reducir a la mitad sus compras mensuales de bonos en los próximos dos años.

Este endurecimiento monetario tras años de tasas negativas, combinado con una ralentización de la actividad económica en Estados Unidos, precipitó la subida del yen, que también se vio apoyada por las intervenciones del banco central japonés en el mercado de divisas.

Lo anterior "levantó" el valor del yen, ya que pasó desde un mínimo de 162 por dólar, no visto desde 1986, hasta los 144 por divisa estadounidense, cerca de su máximo del año de 140.88. Con esto, el yen ha subido más de un 11 por ciento frente al dólar desde sus mínimos en casi cuatro décadas.

Este fortalecimiento del yen impulsó una liquidación masiva de operaciones de carry trade (impactando al peso mexicano), lo que contribuyó a la caída de los mercados globales.

  • El carry trade es una estrategia especulativa de inversión donde se pide prestado en una parte del mundo y se invierte en otra parte, aprovechando el diferencial de tasas de interés y el desequilibrio del mercado cambiario. Busca generar altos rendimientos con poco capital invertido.

"El rápido movimiento del yen está presionando a la baja a la renta variable japonesa, pero también está provocando la reversión de una importante operación de carry trade: los inversores se habían apalancado endeudándose en yenes para comprar otros activos, principalmente valores tecnológicos estadounidenses", afirmó Kyle Rodda, analista jefe de mercados financieros de Capital.com en Melbourne.


Asia, primero en resentir

Los primeros impactos de esta colectiva aversión al riesgo lo resintieron las bolsas de valores en Asia tras el endurecimiento monetario del Banco de Japón y el repunte del yen.

Los índices bursátiles en Taiwán y Seúl cayeron más de 8 por ciento diario este lunes, mientras que el Nikkei -principal indicador bursátil en Japón- se hundió 12.4 por ciento, su mayor caída diaria desde octubre de 1987.

Las bolsas europeas terminaron también con fuertes caídas el lunes. París perdió 1.42 por ciento, Londres 2.04 por ciento, Fráncfort 1.82 por ciento, Madrid 2.34 por ciento y Milán 2.27 por ciento.


Wall Street en rojo

Arrastrado por el nubarrón bursátil de la sesión asiática y europea, los principales índices en Wall Street cayeron en la apertura de este lunes, destacando las pérdidas de los valores tecnológicos de megacapitalización.

En Nueva York, el índice Nasdaq cayó 3.43 por ciento, a 16 mil 200.08 unidades; el S&P 500 perdió 3.0 por ciento, a 5 mil 186.33 puntos; y el Dow Jones restó 2.60 por ciento, a 38 mil 703.27 enteros.


Peso se hunde

El peso amplió sus pérdidas este lunes a medida que los inversionistas se deshacían de sus posiciones de carry trade en la divisa nacional ante el sentimiento pesimista de una recesión económica y la menor exposición al riesgo.

En apertura, el peso llegó a tocar un máximo de 20.2181 unidades por dólar en el mercado internacional de divisas, nivel no visto desde finales de septiembre de 2022, mientras que en operaciones bancarias, el dólar abrió con un repunte de 53 centavos, a 20.13 pesos en ventanillas de Citibanamex.

Al cierre, el el peso mexicano se depreció hasta 19.3567 por dólar en el mercado internacional (Forex) y 19.83 al menudeo en ventanillas.

El término del superpeso parece haber quedado en la posteridad, ya que la moneda nacional acumula una depreciación en torno a 14 por ciento en lo que va del año.

El peso ha estado bajo una fuerte presión luego de que se celebraran las elecciones federales el 2 de junio y resurgiera la propuesta de una reforma constitucional al sistema judicial.

La repentina apreciación de las monedas de financiación (como el yen japonés) ha dañado la estrategia de carry trade, que normalmente implica que los operadores pidan prestado a tasas más bajas para invertir en activos de mayor rendimiento, a menudo en el mundo emergente (como México), pero también en mercados desarrollados como Australia.