La ofrenda de Día de Muertos es uno de los rituales más representativos de la cultura mexicana. Cada año, el 1 y 2 de noviembre, las familias en México rinden homenaje a sus seres queridos que han fallecido, a través de la creación de altares que incluyen elementos de profundo valor simbólico, tanto materiales como espirituales.
El altar, más que una simple decoración, busca ser un enlace entre el mundo de los vivos y el de los muertos, permitiendo el reencuentro con las almas que, según la creencia, regresan temporalmente a este plano durante estas fechas.
Un aspecto esencial de este altar es que se construye en siete niveles, los cuales simbolizan etapas y significados importantes en la cosmovisión mexicana.
Estos niveles se adornan con una variedad de elementos simbólicos: agua, que representa la pureza; sal, que simboliza la protección del alma; pan, como un ofrecimiento de alimento; flores de cempasúchil, cuya fragancia se cree guía a las almas; incienso, para purificar el ambiente; y veladoras, que simbolizan la luz que guía a las almas en su regreso. Sin embargo, el uso de veladoras implica un riesgo potencial, por lo cual la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la Ciudad de México ha emitido recomendaciones para prevenir incendios y otros incidentes.
De acuerdo con las autoridades, existen varias medidas de seguridad que las personas pueden aplicar al momento de montar su altar de Día de Muertos. Estas recomendaciones buscan minimizar el riesgo de incendios, permitiendo que la celebración se desarrolle de manera segura. Algunas de estas medidas incluyen:
Apagar las veladoras antes de dormir o al salir de casa. La supervisión constante es fundamental para evitar que se queden encendidas en ausencia de los habitantes.
Evitar encender veladoras en áreas cercanas a sustancias inflamables, como gasolina, queroseno o productos de limpieza. También es aconsejable mantenerlas alejadas de cortinas, muebles y otros elementos que puedan propagar un incendio.
Prevenir que menores de edad manipulen cerillos o encendedores. La supervisión de los adultos es esencial para evitar que los niños tengan acceso a objetos que puedan causar accidentes.
Mantener a los animales de compañía alejados de las veladoras. Las mascotas, al estar cerca del altar, podrían derribar las velas y provocar un incidente.
Colocar un plato con agua debajo de las veladoras. Esta medida sirve como una barrera adicional de seguridad, ayudando a contener el fuego en caso de que la cera o alguna chispa caiga.