Ciudad de Mexico
Los Juegos Olímpicos de Tokio fueron un escaparate donde brillaron deportistas jóvenes como la japonesa Nishiya Momiji, que se convirtió en la campeona olímpica más joven de la justa nipona al ganar la prueba individual de patineta a sus 13 años y 330 días de edad. La brasileña Rayssa Leal, también de 13 años, obtuvo plata y la clavadista china de 14 años de edad, Quan Hongchan, se convirtió en campeona olímpica de la plataforma individual luego de recibir dos calificaciones perfectas de 10.
La doctora en psicología del deporte, Diana Vázquez, explica cómo el triunfo prematuro ayuda en la autoconfianza de los deportistas; sin embargo, también podría ser un resultado que genere estrés en futuras competencias.
“De manera positiva repercute en la autoconfianza, en la seguridad que tienen, en la alegría que le van a dar a su país y a la familia, puede traer mejor economía, premios y becas, les puede ayudar a una comodidad que se busca.
“Por el otro lado, es importante trabajar con los psicólogos del deporte y con los atletas en aprender a ganar y aprender a perder porque sino se trabaja la medalla o el éxito empiezan a condicionar sus futuras competencias. Pueden llegar a un punto donde se sienten presionados por dar un resultado competitivo en las siguientes competencias y muchas veces la parte del estrés social afecta en ellos”, expuso la especialista.
La importancia de identificar los puntos buenos de los resultados, ver la competencia como una experiencia de crecimiento y no como una condicionante será fundamental en el trabajo psicológico posterior a una justa olímpica.
“Sabemos que en algunos países la consecuencia positiva es muy alta para tener una repercusión monetaria que les va a permitir tener confort, una tranquilidad familiar y hay otras donde esto no existe, pero ahí vamos a trabajar con la motivación intrínseca: ¿Por qué lo hago? ¿Qué quiero obtener yo? ¿Cuáles son los beneficios?”, explicó Vázquez.
En el análisis post competitivo, la psicóloga del deporte invita a enfocarse en averiguar si es necesario reforzar la parte técnica o táctica, quizá en el fogueo o si se tiene que mejorar la faceta mental como el control de emociones, motivación o estrés.
“La parte emocional es la que se tiene que trabajar antes de empezar un análisis si hay una frustración o un enojo, y hacer una contención emocional para posteriormente hacer un análisis y un replanteamiento de metas. Después de esto los atletas tienen un tiempo de descanso y después se deben establecer metas para la siguiente temporada.
“Hay que centrarnos en los objetivos que se trazaron como grupo multidisciplinario y no en las expectativas que se tienen de manera externa. Cuando nos centramos en nuestro plan de acción hay un mayor control del estrés y no tendrá tanto peso sino la motivación de alcanzar sus metas” enfatizó.