‘Ninguna está exenta, ninguna familia lo está’

Viven calvario por la pérdida de su madre

”Lo que uno quiere como hija es algún día formar a una familia, que nuestros hijos conozcan a su abuelita…”., Mireya Márquez Cardona, hija de víctima. . “La experiencia es muy difícil y aleccionadora, porque nos enseña que no estamos exentas, ninguna está exenta, ninguna familia”, dijo Mireya Márquez Cardona, con voz entrecortada.  La señora Evangelina Cardona Martínez tendría 58 años de edad; era una mujer dedicada a su familia y a sus hijos, principalmente; eso hizo que su salud la dejara para el último lugar.  Como pasa en el caso de las jefas de familia, primero se ocupan de sus hijos, de la escuela, de darles alimentación, de la salud, explicó Mireya; en el caso de su madre, la situación fue igual.  “Mi mamá era de que primero los hijos, atender a los hijos y al final atenderse ella, ese es el error que cometió, cuando surgió esto las dos hermanas mayores ya estábamos casadas y vivíamos en Reynosa; la menor se hizo cargo de ella, la atendió, estuvo con ella todo el tiempo, fue más complicado para nosotros”, expresó.  Evangelina vivía en Ciudad Victoria, le fue detectado el cáncer, pero ya avanzado, y aunque recibió tratamiento ya nada se pudo hacer.  “Mi madre falleció de cáncer de mama, ella tendría 58 años de edad, ella le supuraba, cuando a ella se lo detectaron ya estaba más avanzado, sí estuvo en tratamiento, ella vivió en Victoria, fue atendida allá y fue a Tampico también para su tratamiento, pero fue en cuestión de meses que se le detectó, se le trató pero como estaba muy avanzado ella falleció”, comentó Mireya. Al ser tres hermanos, de los cuales dos hombres, una de ellas se hizo cargo, pero toda la familia sufrió la enfermedad.  “Es muy difícil porque se pierden las fuerzas, aunado a su problema de cáncer ella sufrió una fractura, fue todavía más doloroso, complicado, difícil para nosotras porque lo que uno quiere como hija es algún día formar a una familia, que nuestros hijos conozcan a su abuelita, mi mamá llegó a conocer a dos de mis hijos”, recuerda mientras trata de contener las lágrimas.  Explica que poco antes de que muriera le llevó a su hijo que tenía 15 días de nacido; ahora cada que se conmemora el mes de la lucha contra el cáncer de mama, Mireya trata de hacer conciencia con las mujeres para que acudan y aprovechen las campañas que el sector salud ofrece, para que se detecten a tiempo y no sufran lo que su familia vivió.  “La experiencia es muy difícil y aleccionadora, porque nos enseña que no estamos exentas, ninguna está exenta, ninguna familia, este mal afecta a toda la familia; debemos de tener conciencia todas las mujeres, aprovechar las facilidades que nos da el sector salud para poder atendernos año con año. “Las personas que tenemos ese extra más de poder padecerlo, porque es de herencia y tenemos más probabilidad y más atención y ser más constantes en estos chequeos y evitar darles ese sufrimiento a nuestras familias”, finalizó.