DACA, Bangladesh
Al parecer, los refugiados trataban de huir de una remota isla bangladesí. Miles de rohinya han sido reubicados a la isla desde abarrotados campamentos cerca de la frontera con Myanmar.
La reubicación ha sido criticada por Naciones Unidas y grupos de derechos humanos, que dicen que la isla no es habitable. Las lluvias del monzón sumergían la isla de forma habitual, pero el gobierno dice que ahora cuenta con diques de protección, hospitales, escuelas y mezquitas.
“La mañana del 14 de agosto, ACNUR fue alertada de que un barco con docenas de refugiados rohinya había naufragado durante la noche cerca de la isla de Bhasan Char”, según dijo en Facebook la agencia de refugiados de Naciones Unidas.
“Estamos consternados porque según reportes muchos pasajeros, incluidos mujeres y niños, se ahogaron de forma trágica. Todavía no se conoce el número exacto”, indicó la agencia.
Un policía en el distrito de Noakhali, al que pertenece la isla, dijo por teléfono a The Associated Press que unos 40 refugiados, incluidos mujeres y niños, habían salido en un pesquero que se hundió en medio del mal tiempo.
Los refugiados “al parecer huían de la isla”, dijo el policía bajo condición de anonimato debido a lo sensible del asunto.
Al menos 14 personas fueron rescatadas por pescadores y devueltas a la isla, indicó.
Pescadores bangladesíes locales fueron los primeros en llegar a la escena y alertaron a las autoridades, según Naciones Unidas.
El gobierno del primer ministro, Sheikh Hasina, que ha acogido a más de 1,1 millones de refugiados rohinya de la vecina Myanmar, ha reubicado a unos 20.000 refugiados en la isla desde los abarrotados campos del distrito de Cox’s Bazar.
La Marina de Bangladesh desarrolló la isla en el distrito de Noakhali para alojar a unos 100.000 refugiados. Las autoridades dijeron en su momento que los instalarían por grupos.
Más de 700.000 rohinyas han huido a campos de refugiados en Bangladesh desde agosto de 2017, cuando el Ejército de Myanmar, un país de mayoría budista, emprendió una dura campaña de represión contra la minoría musulmana tras un ataque insurgente. Se sumaron a cientos de miles que habían huido a Bangladesh a lo largo de varias décadas.
La campaña de 2017 incluyó violaciones, asesinato y la quema de miles de hogares. Grupos internacionales de derechos humanos y Naciones Unidas la describieron como limpieza étnica. Aunque Bangladesh y Myanmar han llegado a acuerdos de repatriación, los rohinya tienen demasiado miedo como para regresar.