PARÍS
Las oseznas nacieron poco después de la una de la madrugada, según el Zoo de Beauval, al sur de París. Pesan 149 y 129 gramos (5,3 y 4,6 onzas).
Su madre, Huan Huan, y su padre, Yuan Zi, viven en el Beauval en un préstamo de 10 años de China que pretende reforzar las buenas relaciones con Francia. Las cachorras son la segunda y la tercera que nacen en Francia. El primero fue Yuan Meng, en 2017.
“Son muy activas, rosas y rollizas”, dijo el zoo en un comunicado. “Huan Huan cuida muy bien de ellas. Las cogió con la boca para lamerlas y limpiarlas. Podemos oír pequeños chillidos”.
El zoológico dijo que el sexo de los cachorros lo determinaron los expertos chinos encargados de cuidarlos, pero será necesario confirmarlo definitivamente ya que los genitales externos no aparecen hasta que tienen varios meses de edad.
En marzo, el zoológico anunció con gran alegría que Huan Huan y Yuan Zi se habían “apareado ocho veces”. Luego, los veterinarios llevaron a cabo una inseminación artificial “para tener la mayor probabilidad posible” de ver un embarazo.
Los pandas gigantes tienen dificultades para reproducirse y sus embarazos son notoriamente difíciles de seguir.
“Simplemente vivimos un momento de rara intensidad. Estos nacimientos son siempre muy excepcionales, pero también traen algunas sorpresas”, dijo Delphine Delord, directora del zoológico de Beauval.
Las crías recibirán un nombre hasta que cumplan 100 días. Pasarán unos años en Francia antes de ser enviadas a China, señaló el zoo.
Hay otros países europeos que tienen pandas gigantes, como Austria, Gran Bretaña, Bélgica, Alemania, Holanda, España y Finlandia.
Unos 1.800 pandas viven en libertad en China y unos 500 viven en cautividad en todo el mundo.
Hace décadas, China regalaba a su mascota nacional extraoficial, lo que se describía como la “diplomacia de pandas”. En los últimos años, Beijing ha optado por arrendar los pandas a zoológicos en contratos comerciales.