A los 71 años, los últimos 12 dedicados al fisiculturismo, la venezolana Josefina Monasterio no permite que le pongan límites y busca además cambiar la mentalidad obtusa, negativa, de creer que a medida que tienes más años tienes que ser peor.
Mujer de 71 años compite en fisiculturismo
A los 71 años, los últimos 12 dedicados al fisiculturismo, la venezolana Josefina Monasterio no permite que le pongan límites y busca además cambiar la mentalidad obtusa, negativa, de creer que a medida que tienes más años tienes que ser peor.
Yo soy prueba y testigo de que mientras más años cronológicos tienes, biológicamente debes de ser mejor, aseguró esta vital mujer, residente en Florida.
Si quieren ponerme etiqueta digan mejor que soy una mujer grandiosa, no una fisiculturista de 71 años, porque no ponen fisiculturista de 30 años en otros casos, señaló.
Sin tener idea sobre esta práctica, Monasterio comenzó a los 59 años a desarrollar sus músculos por iniciativa de un entrenador, y a los siete meses empezó a ganar los primeros concursos estatales y nacionales y los elogios de los jueces que alababan su simetría y confianza.
Esta deportista, que rechaza los cupones de descuentos para adultos mayores, criticó que la gente crea que a los 40 o a los 50 años se acaba la vida y, por el contrario, ella ha elegido reinventarse cada década.
Estos últimos años han sido de excelencia en el deporte, de fisiculturismo, y he descubierto que puedo escribir bien en inglés, y ahora en español, indicó la también autora del libro inspiracional Grandiosa a cualquier edad.
Ahora, dice que se propone una revolución contra los estereotipos, para contrarrestar los patrones de lo que significa envejecer que la sociedad y los medios de comunicación quieren ponerte en la mente.
Que si tienes hijos vas a ser abuela, y si eres abuela ahora eres niñera y si eres niñera ya te moriste, explicó la atleta, cuya rutina implica levantar pesas cinco días a la semana, hasta dos horas diarias.
Me siento mejor que nunca, me siento más poderosa que nunca, me siento más fuerte que nunca, reiteró, casi como un mantra, esta venezolana con una vitalidad propulsada por exigente ritual mañanero.
Monasterio se levanta a las 3 de la mañana a leer la Biblia, luego a trotar para adelante y para atrás, hacer yoga, sumergirse en el mar antes del amanecer y entrenarse en el gimnasio para el próximo campeonato.