México se convirtió en la válvula de escape de los problemas que enfrentan los ganaderos estadounidenses por la falta de personal en sus rastros de reses y empacadoras, a raíz de los altos contagios del Covid-19.
En el 2021, los productores de carne de los estados de la frontera sur de la Unión Americana enviaron a México 90 mil 440 cabezas de ganado gordo para su sacrificio.
Esto representó el triple de lo registrado en el 2020 y un volumen histórico, muestran cifras de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas tomadas del Sistema de Administración Tributaria.
Durante el año pasado, esas reses fueron enviadas a los rastros Tipo Inspección Federal (TIF) de los estados mexicanos del norte y noreste, como Chihuahua, Sonora y Coahuila, refirió Héctor Garza Garza, presidente de la Asociación Mexicana de Productores de Carne (AMEG).
BUENAS EXPECTATIVAS
Indicó que la expectativa es que, al menos en el primer semestre del 2022, los ganaderos estadounidenses sigan enviando ganado para su “maquila” en México.
Esto, explicó, debido al alto costo que les representa seguir alimentando al ganado gordo y por la falta de trabajadores en los rastros estadounidenses ante los problemas de contagios de Covid-19 en sus instalaciones.