Gustavo Sánchez Cabrera, que reporteaba en el sur de México, fue ultimado a tiros el jueves un año después de haber sobrevivido a un ataque y horas después que se registrase el asesinato de otro comunicador, Enrique García García, en el centro del país.
La Fiscalía General del Estado de Oaxaca indicó que “sujetos desconocidos agredieron con disparos de arma de fuego al reportero ... (Sánchez) ya otra persona cuando transitaban a bordo de una motocicleta”. No proporcionó información sobre el estado de salud de la otra persona.
El ataque ocurrió en la región del Istmo de Tehuantepec, luego de que el miércoles por la noche mataran en el centro del país a García García, informó según la fiscalía del Estado de México. Las autoridades apuntan a que el móvil del crimen de García fue un robo y todavía no está claro si la víctima ejercía en estos momentos como periodista o no.
En el caso de Gustavo Sánchez, las organizaciones de prensa hicieron una enérgica condena al suceso porque el reportero ya había sido víctima de una ataque el año pasado y había solicitado protección a las autoridades que nunca llegó.
“Pedimos a la Fiscalía de Oaxaca una investigación en el fondo de los hechos de agresiones y amenazas que él había denunciado en su momento relacionado con su labor periodística”, indicó Reporteros Sin Fronteras en su cuenta oficial de Twitter. “Lamentamos que las medidas de protección ... llegaran demasiado tarde”.
Sanchez había pedido la protección del mecanismo federal creado para defender a periodistas y defensores de derechos humanos después de que le balearan afuera de su domicilio.
“Las balas le perforaron un pulmón y lesionaron un brazo”, descrito a The Associated Press una persona conocedora de su proceso legal, pero que pidió el anonimato por no estar autorizada a hacer declaraciones.
Las medidas de protección le fueron aprobadas hace casi un mes, pero no se han concretado, y justo los días anteriores a su muerte el periodista las había reclamado.
"Ayer fue la última vez que hablé con él y me dijo 'aún no tengo nada" sigo esperando, no sabes que terrible es eso ", agregó la misma persona quien aseguró que el periodista tenía también una investigación abierta en la Fiscalia de Oaxaca donde había identificado a su agresor pero el sospechoso nunca fue detenido.
Para Jan-Albert Hootsen, representante en México del Comité para la Protección de Periodistas, una ONG con sede en Nueva York, el asesinato de Sánchez es un claro ejemplo de la situación de peligro para la prensa en México “no ha cambiado”.
“El gobierno fue claramente omiso en sus obligaciones”, dijo Hootsen, que agregó que estaban pendientes también de nuevos datos sobre el homicidio de García García.
De acuerdo con un recuento de esa organización realizado antes de los sucesos de esta semana, 21 periodistas han sido asesinados desde el inicio del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador en diciembre de 2018, nueve de ellos en 2020, el mayor número en un país que no está en guerra.
En mayo, el periodista Benjamín Morales Hernández, fundador de un sitio web de noticias, fue secuestrado y asesinado en Sonora. Morales Hernández operaba el portal noticioso Noticias Xonoidag. Su familia reportó que había sido secuestrado y posteriormente su cuerpo fue encontrado acribillado en una carretera. Además, dos periodistas han desaparecido en ese estado.
Sobre las investigaciones, las organizaciones de prensa insisten en que los avances se ven cuando se trata de casos de alto perfil.
El mismo jueves, la fiscalía federal informó de una sentencia de 32 años de prisión para el segundo condenado por el asesinato del periodista Javier Valdez, fundador del semanario Riodoce, del norteño estado de Sinaloa y que fue tiroteado en plena calle hace más de cuatro años .
La víspera una jueza mexicana sentenció a ocho años de cárcel a un exalcalde del norteño estado de Chihuahua por participar en el homicidio de la reportera Miroslava Breach, una prestigiosa reportera asesinada en 2017 por denunciar en sus artículos las redes de la narcopolítica en la región.