CIUDAD DE MÉXICO — El gobierno mexicano indicó que al momento de iniciar la campaña en junio pasado, tenía la esperanza de que la inoculación a gran escala ayudaría a levantar las restricciones relacionadas con la pandemia a los traslados transfronterizos no esenciales, algo que no ha ocurrido aún.
La Secretaría de Seguridad Pública federal informó que administraría las últimas 64.000 dosis el martes a los residentes del estado de Tamaulipas, limítrofe con Texas. En total, el programa aplicó 3,8 millones de dosis en 45 municipios y ciudades de los seis estados que colindan con Estados Unidos.
Estados Unidos donó alrededor de 1,35 millones de dosis de la vacuna de Johnson & Johnson para colaborar en la campaña.
Las autoridades mexicanas señalaron que el objetivo era impulsar las tasas de vacunación en la frontera a niveles similares a los del lado estadounidense. Una vez que se alcanzara ese nivel, asumían que no habría motivos para continuar con las restricciones a los traslados hacia el otro lado de la frontera.
El proyecto se convirtió en una de las prioridades para el presidente Andrés Manuel López Obrador debido a la importancia de la economía transfronteriza para el norte del país.
Hasta el momento, México ha recibido alrededor de 100 millones de dosis de vacunas contra el COVID-19 y alrededor de 61 millones de habitantes han recibido al menos una dosis.