BERLÍN — Merkel reprendió a su vicecanciller, candidato de un partido rival a sucederla y actual favorito en las encuestas, por una declaración jocosa en la cual llamó a la gente que se ha vacunado contra el COVID-19 “conejillos de indias”.
El inusual discurso partidista de Merkel, que hasta ahora ha permanecido al margen de la campaña como corresponde, según ella, a un mandatario saliente, pareció reflejar la preocupación creciente por las perspectivas de su bloque de centroderecha bajo el aspirante a la sucesión Armin Laschet.
Las encuestas recientes muestran a la Unión en segundo lugar detrás de los socialdemócratas, de centroizquierda, que han tomado la delantera gracias a la relativa popularidad del vicecanciller Olaf Scholtz, a la vez ministro de Hacienda. El partido ambientalista de los Verdes, cuya dirigente Annalena Baerbock se postula a la cancillería por primera vez, marcha tercero.
Esto apunta a la posibilidad de distintas coaliciones de gobierno. A medida que la Unión Demócrata Cristiana se retrasa en las encuestas, sus líderes advierten con frecuencia creciente que Scholz y los Verdes formarán coalición con el Partido de Izquierda, al que le disgusta la OTAN y se opone a las misiones militares en el exterior. Scholz no lo ha descartado, pero evidentemente no es su opción preferida.
Merkel dijo en el Parlamento que los próximos comicios serán una “elección que marca tendencia para nuestro país en estos tiempos tan difíciles”.
Los votantes pueden optar por un gobierno en el cual los socialdemócratas y verdes “aceptan el apoyo del Partido Izquierda, o al menos no lo descartan, o un gobierno alemán... encabezado por Armin Laschet como canciller”, dijo. “Su gobierno representará estabilidad, fiabilidad y moderación, precisamente lo que necesita Alemania”.