"Mátenlos si sobreviven", pide madre asesina en carta póstuma

El 7 de junio estaba marcado en el calendario de Mireya y sus padres: ese día al parecer pactaron terminar con sus vidas y con las de tres niños, lo cual es investigado por la Procuraduría capitalina (PGJ).

Noticias Relacionadas De no morir por ingesta de medicamentos, como lo planeó, Mireya prometió que tendría las fuerzas para tomar una pistola y dispararle a todos. Así lo escribió en un recado póstumo, anexado a la carpeta de investigación CI-FMC/MC-1/UI-1C/D/573/06-2017. Sus padres, Enrique y Rosa María hicieron lo propio: dejaron listos sus testamentos y sobres con dinero para que sus otros hijos los velaran y enterraran. Pero Rosa María sobrevivió a la intoxicación y está hospitalizada en calidad de probable responsable. La noche del miércoles pasado, un empleado de la familia llegó a la residencia en la Colonia San Jerónimo, en Magdalena Contreras, y encontró los cadáveres de Mireya, sus tres hijos y el abuelo. En la cama estaban los pequeños Emiliano, de 10 años, y las gemelas Aranza y Regina, de 6. Junto a ellos estaba una Biblia, un Cristo de madera y la carpeta con el recado. A un costado de la cama estaba Mireya, de 38 años, egresada de la carrera de mercadotecnia en la Universidad Del Valle de México. Sobre un catre yacía su padre, Enrique, de 70 años, y al pie de la puerta estaba su esposa, Rosa María, a quien paramédicos le salvaron la vida. Consta en el expediente 1490/2014, del Juzgado 11 Familiar, que Mireya perdió la custodia de los niños el mes pasado, pues tenía antecedentes de trastorno psicológico y agresividad. Sin embargo, se rehusó a entregarle sus hijos a su ex esposo, un empresario del que se separó en 2011. La mujer fue multada dos veces por incumplir la determinación de un juez; apeló y usó todos los recursos posibles para desacatarla, pero según su mensaje póstumo, prefirió matar a los niños que estar separada de ellos. En la PGJ, el hermano de Mireya declaró que sufría depresión, no solo por la pérdida de la custodia, sino por tener sobrepeso. Confirmó también que, en días pasados, sintió preocupación por la celeridad con la que sus padres tramitaron su testamento. La mañana del miércoles no contestaron sus llamadas y tuvo que mandar a un trabajador a la casa para ver qué sucedía. Los niños no iban a la escuela desde mayo. Vivían encerrados y orando, según los informes de la PGJ. El hermano de Mireya dijo que sus padres se dejaron envolver por la tristeza de su hija y la posibilidad de que los apartaran de sus nietos. La otra parte de la historia Luego de las muertes de Mireya, sus tres hijos y el abuelo, varias personas escribieron en Facebook una versión que aporta más datos en esta tragedia. Por favor para todos los que luchamos por encontrar a esa persona especial que nos ame y cuando nos digan todos cuanto nos rodean que esa persona no nos conviene y que es un miserable por favor escuchen! Es por culpa de un asqueroso chantajista, manipulador y poco hombre que nuestra amiga y sus hijos perdieron la vida, el infeliz jamás los dejó en paz hasta que acabó con toda la familia, escribió un amigo de Mireya.