Ciudad de México
El joven aguascalentense Diego Sánchez mantuvo su racha triunfal y este domingo cortó un apéndice, que por cierto fue el último de la Feria de Aniversario en La Plaza México.
Tras las dos orejas que consiguió hace nueve días y que le dieron el pasaporte para ese festejo, Sánchez confirmó las cualidades que tiene, pero sobre todo que está en el ánimo del público.
Sus alternantes Arturo Macías y Fermín Rivera no pudieron conseguir triunfar esta tarde, pues los toros que les correspondieron de la ganadería de Barralva fueron poco propicios.
Buena faena la de Diego Sánchez en el tercero de lidia ordinaria. Un buen toro de Barralva, noble y con calidad que le permitió cortar la primera oreja de la tarde.
El joven hidrocálido ejecutó una limpia y templada labor que disfrutó por sus detalles artísticos.
El el último, Diego se mostró desahogado con muletazos de buen trazo ante el mejor de los astados de procedencia española de la ganadería de Barralva. Ejecutó un metisaca.
Firmeza tuvo la actuación de Arturo Macías en su primero, un astado, serio, de Barralva, que tuvo incierto comportamiento aunque fue noble. El diestro aguascalentense, valiente y variado, logró muletazos que le reconocieron desde el tendido. Mató de tres cuartos de estocada trasera y un descabello.
Escalofriante quite por gaoneras en su segundo realizó Macías.
Lo mismo con la muleta que arrancó con dos péndulos emocionantes, luego el astado terminó por irse a tablas con ganas de pelear poco. Arturo le echó actitud pero falló al matar oyendo dos avisos.
Fermín Rivera no se encontró con el primer astado. Y aunque hubo destellos no se pudo eslabonar la faena. Tardó en matar y fue silenciado.
Su segundo se defendió además de refugiarse en tablas y el potosino tuvo que abreviar incluso con la espada.
Insípida actuación del rejoneador Paco Velásquez, quien no aprovechó las buenas embestidas del toro de Zacatepec al principio, y no resolvió cuando comenzó a presentarle problemas.
No pudo clavar un par de banderillas y tampoco matar pronto al toro escuchando un aviso y un abucheo.
Los Forcados Amadores de México ejecutaron la pega al segundo intento llevando a Carlos y René Tirado de forcados de cara y rabo, respectivamente.
Al finalizar el paseíllo se dio un minuto de aplausos en memoria del apoderado Rafael Báez. Curioso es que se ha perdido esa tradición de que toda la plaza se haya puesto de pie y hasta algunos picadores no se quitaron el castoreño.
El encierro de Barralva, con animales bien presentados, dio pocas opciones. Destacó el primero que tuvo nobleza, el tercero que además de recorrido mostró calidad, ambos de procedencia mexicana.
Los otros fueron complicados y, sobre todo, faltos de bravura.
Arturo Macías con mucha voluntad, pero sin subir en su escalafón.