Nuestro Jefe vino a la Redacción a despedirse. Su esposa y sus hijos nos permitieron darle el último adiós aquí en su oficina, en su casa, en Editora Demar.
Francisco Javier Ramírez Nava llevaba por nombre, aunque todos los que lo conocimos lo llamábamos ‘Jefe Nava’, vino por última vez a la redacción a dirigir su última edición de El Mañana.
Sólo que en esta ocasión fue distinta. Sus cenizas reposan en una urna.
Los editores, periodistas, diseñadores y correctores detuvimos nuestra labor diaria para reunirnos a la puerta de su oficina y rendirle un último homenaje a nuestro querido Director Editorial.
Acompañados por su familia (esposa y sus hijos) y además del sacerdote Luis Enrique Buenrostro Carreón, quien fue el encargado de dirigir el emotivo mensaje para despedir al ‘Jefe Nava’.
Por un momento se detuvieron las conversaciones cotidianas de la edición para escuchar del padre Luis Enrique, que el legado del ‘Jefe Nava’ será insustituible y sus enseñanzas nos acompañarán por siempre y que llegará el momento en que nos volveremos a encontrar.
Y la cascada de anécdotas vinieron a la mente de todo el personal en las agradables conversaciones con el Jefe Nava a través de recuerdos de su señora esposa.
Noticias de último minuto, cambio de titulares, corrección de notas y un sinfín de recuerdos se compartieron.
La bendición del padre por su eterno descanso culminó con un emotivo aplauso sincero y respetuoso.
Por último, sus cenizas estuvieron por un instante en su oficina, de donde por muchos años editó El Mañana.
Descansa en paz, jefe.
Lo vamos a extrañar.