Las personas con discapacidad enfrentan diariamente riesgos significativos al utilizar la vía pública en una ciudad que carece de espacios y áreas especialmente adaptadas para su tránsito y movilidad.
Esta tarde, El Mañana fue testigo de cómo una persona con debilidad visual se vio obligada a transitar por la calle debido a la falta de guías para invidentes y rampas de acceso en las aceras.
En estas condiciones, quienes enfrentan una discapacidad visual se ven expuestos a un peligro constante al trasladarse como peatones, ya que las aceras no están adecuadamente equipadas para garantizar su seguridad.
A pesar de la existencia de la Ley de Seguridad Vial y Prevención de Accidentes, que establece la creación de espacios de movilidad especial para personas con discapacidad, los avances en Reynosa han sido escasos o nulos.