Desde enero de este año, los afiliados a la Cámara Nacional de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) fueron sujetos a operativos de revisión para las trampas de grasas, que orilló a los empresarios a tener en buenas condiciones y funcionamiento los equipos, mientras que quienes no tenían debieron adquirir una.
Bladimir Cortez, líder del gremio, indicó que el tema de la contaminación de grasas hacia el agua es una preocupación del sector, pero consideró necesario que las autoridades manejen el tema también con quienes venden de manera ambulante alimentos.
“Desde enero se han estado visitando restaurantes para revisar este tema de las trampas de grasas, donde la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa) ha estado haciendo llamados para la correcta disposición y que no se viertan al drenaje; en este sentido se ha logrado que quienes no tenían adquieran una, y los que sí pero que no funcionaba también tuvieron que arreglarlo”.
La grasa que se tira a las alcantarillas termina generando tapones en las tuberías, lo que fomenta las fugas de aguas negras, al generar más presión en los drenajes de la que se puede sostener.
Además de las trampas de grasa, Cortez refirió que los restaurantes, banqueros y proveedores de alimentos afiliados, cumplen con diversas disposiciones para desechar la basura.