La expulsión de venezolanos que han cruzado ilegalmente a Estados Unidos hacia las fronteras de México empeorará la crisis alimentaria y de refugio que ya enfrentan los albergues para migrantes de la ciudad de Reynosa.
Al no existir cupo, los que sean retornados se sumarán a los miles de haitianos y centroamericanos que ya pernoctan en las calles; principalmente en los alrededores del Río Bravo, en colonias como Aquiles Serdán, Carmen Serdán, ejido Los Longoria y zona centro.
El director de Senda de Vida, Héctor Silva de Luna, explicó: “Hay muchos cambios; ahorita nos preocupa el tema de los venezolanos. Es evidente que estamos saturados en el albergue, que no hay refugio ni comida suficiente, así que imaginar que vendrán más es una preocupación, porque no sabemos qué pasará”.
Actualmente, son escasos los venezolanos que están en la ciudad esperando asilo en Estados Unidos, pero al inicio de la pandemia sanitaria por Covid-19 había cientos de ellos que lograron un cruce.
Por lo que las nuevas instrucciones de expulsar por México a los que ya estén en el extranjero con el trámite, se considera un retroceso. “Las reglas migratorias siempre cambian en Estados Unidos, así que esperemos que lo hagan pronto y que no perjudiquen la crisis que está aquí en Reynosa; son muchas familias con necesidad las que no han podido acceder al albergue, entonces, ¿cómo recibiremos más?”, agregó Silva.
Venezuela es un país que en los últimos años ha enfrentado diversos conflictos económicos, lo que ha orillado a miles de personas a buscar desarrollo en otro país.
Judith es una migrante proveniente de Valencia, Venezuela. “En Reynosa ya tengo 20 días, pero en México he estado alrededor de tres meses; han sido varios intentos y no hemos podido pasar. Mi meta es llegar a Nueva York para iniciar de nuevo; hemos atravesado muchas situaciones, pero seguiremos esperando aún con los cambios en las leyes”.
En las plataformas oficiales del gobierno estadounidense se detalla que sólo serán candidatos a asilo político los venezolanos que cuenten con un patrocinador económico que se responsabilice de todos los gastos en aquel país, que hayan completado esquemas de vacunación y sanidad, y además cumplir con requisitos de seguridad.