Con la misma manía de pintar edificios, estructuras, puentes, avenidas y todo el equipamiento urbano de colores alusivos a partidos políticos, es un escenario urbano que los reynosenses atestiguan cada tres años y que se practica, como una pretensión de presencia e influencia política.
Empero, se llega al extremo de utilizar edificios históricos como parte de ese afán de vitrina política y pintarlos con los colores que distinguen a partidos políticos. Con motivo de la conmemoración de los festejos del 274 aniversario de la fundación de Reynosa, el edificio principal que albergó la cabecera municipal o ayuntamiento ha sido blanco de pintas de colores.
Afeando el señorío de caserones y edificios que la mayoría cuenta con muchos años, éste tiene al menos un siglo de historia y hasta hace dos años era de color blanco y azul.
Hoy es de tonos marrón y blanco, colores que no favorecen su presencia y que debieran estar exentos de pintarlos con alusión partidista y, sí en cambio, emprender acciones de conservación y embellecimiento, mas allá del mero interés político.
Colores, de acuerdo al partido en el poder.