Fundada en el 2005 en Saltillo Coahuila. El Museo de la Katrina alberga la colección más grande de “catrinas” a base de toda clase de materiales desde porcelana, metal, papel mache y cartón, entre otros, alrededor de 7 mil piezas.
Contiguo a este atractivo turístico que es un referente a nivel nacional, se abrió hace unos pocos años La Casa de las Muñecas, y desde entonces iniciaron las historias de visitantes que aseguran que ocurren cosas muy raras.
Erick Morales “El Catrín” es propietario junto a su familia de ambos museos, y admite que efectivamente han conocido varias historias de presuntos sucesos paranormales que ocurren sin aparente explicación.
Evoca que casi de inmediato a la apertura se han contado historias que refieren que las muñecas se mueven de lugar, se escuchan sonidos y risas en mitad de la noche.
“Hemos visto que de la noche a la mañana las muñecas se mueven, caen de sus sitios en donde están acomodadas, tenemos muñecas muy antiguas.
Hay unas que provienen de campos de concentración nazis, son muñecas que guardan energías muy especiales, pues fueron propiedad de niños judíos que terminaron en esos lugares de horror y exterminio y estas muñecas fueron su última posesión en sus manos.
Creemos que han quedado con algo de energía, pues son las que protagonizan las experiencias de miedo con los visitantes”, asegura.
Añade que se recurre a los servicios de un exorcista para liberar de posibles influencias negativas a las muñecas (aunque sin suerte hasta ahora).
Aún más. Eric reveló que recién unos curanderos y brujos, tras ver a las muñecas y analizarlas, revelaron que hay varios espíritus atados a ellas y que al menos son personas fallecidas, que no desean hacer nada malo.
El miedo ronda por los pasillos de la vieja casona del Museo de la Katrina y la Casa de las Muñecas, en donde son desafiados visitantes con nerviosos de acero, dispuestos a enfrentar una experiencia que no olvidaran.