El Mañana / Staff
De los más de ocho o diez mil migrantes apostados hace un año en los albergues Senda de Vida 1y2 y fuera de éstos, además de los que se instalaron en hoteles o cuartos de renta en la ciudad, hoy sólo queda una mínima cantidad, ya que la mayoría ha buscado la forma de cruzar a los Estados Unidos a su modo, pese a la franja de boyas y el cerco de alambre que el gobierno estadounidense ha instalado indebidamente en el río Bravo.
Sin embargo, hay quienes quieren hacer las cosas legalmente, pero la aplicación digital de CBP One no responde o se bloquea cuando inician el trámite, por lo que muchos migrantes desisten y otros más se aferran a continuar hasta tres o cuatro veces al día, esto sin éxito hasta el momento.
Así se pueden ver en el parque del centro, frente a la Iglesia Nuestra Sra.de Guadalupe, a migrantes de distintas nacionalidades de Centroamérica y Haití deambulando o descansando en bancas, algunos mas haciendo llamadas a sus familiares, tratando de acceder a la aplicación o simplemente pasando el tiempo en lo que encuentran un trabajo temporal.
Sin embargo, la espera para cruzar a los Estados Unidos se hace eterna, pues hay quienes en la ciudad llevan más de 6 meses y menos, pero no desisten de cumplir su anhelado sueño, que es lograr asentarse y trabajar en aquel país y llevarse con ellos a sus familias que se quedaron en su tierra de origen.