A pesar de tener la certeza de nuestro dominio sobre el globo que habitamos, el cual el hombre recorre por todos sus confines con seguridad y control, el miedo ante lo frágil y efímero de su existencia sigue prevaleciendo como el principal temor desde que el ser humano asumió consciencia de su espacio y proceso evolutivo biológico.
¿Por qué nos da miedo morir, que hay mas allá de la vida?, son interrogantes a las cuales el hombre en vida jamás ha tenido la respuesta, y experimentar las mismas es imposible.
Algunos científicos están convencidos de que nuestro temor a la muerte deriva del desconocimiento que hay detrás de esa transición biológica que todos los humanos habremos de enfrentar algún día.
Siempre a la muerte se le quiere visualizar como algo distante, ajeno y que produce cierta sensación de comodidad y ausencia, cuando nos enteramos del deceso de alguien y nosotros seguimos con normalidad- aparente- nuestras vidas, sintiendo como si jamás la muerte llegara.
El hecho de no tener control de esa transición y el temor de qué hay detrás de la muerte son temores que han acompañado al hombre en toda su historia.
Sin embargo, en México, para aligerar la carga emocional de tener la certeza de morir algún día, la muerte es tratada con desdén, se le ironiza y el mexicano se burla de ella; sin embargo, detrás de aparente desprecio con que se mira a la “calaca” va implícito el temor y respeto que inspira y que nadie desea.
Se hace burla de la muerte, se le exhibe como “catrina”, como una mujer indiferente a los placeres de los humanos y preocupada sólo por venir a recoger sus almas; se le envuelve en un ambiente de festín pagano y alegoría, pero con el interés de congraciarse con ella, de ganarse simpatía, como deseando que cuando llegue el momento final haya misericordia y gratitud de parte de ella.