(Segunda parte de dos)
Según los datos en una copia notariada del testamento Rosa María de Hinojosa (Benavides) de Ballí, que es resguardada en el Archivo Municipal de Reynosa, ella y su esposo José María Ballí (Guerra) tuvieron tres hijos que se llamarón José: el bachiller (el cura) José Nicolás, el capitán de milicias Juan José y el sargento José María. Los tres nacieron en la antigua villa de Nuestra Señora de Guadalupe de Reynosa, durante la última parte del siglo XVIII; en ese entonces todavía no se trasladaba la villa río abajo a la Loma de San Antonio, en donde se encuentra el centro de esta moderna Ciudad.
Se especula que Rosa María haya sido la promotora en la adquisición de una serie de propiedades, especialmente en lo que es hoy el Valle de Texas, a través de su padre Juan José de Hinojosa (de la Garza), su hermano Vicente, su esposo y sus tres hijos durante la última década del siglo XVIII. Las tierras fueron adquiridas compradas a otros pobladores o a través de peticiones de tierras realengas (del Rey) hechas en la Intendencia de San Luis Potosí. En el Período Colonial, las mujeres no podían comprar o pedir directamente las propiedades, pero para Rosa María no fue un obstáculo.
Durante los “Autos de la General Visita” de 1767 y 1768 se repartieron 80 porciones de tierras a los primeros pobladores en Reynosa, 37 porciones de tierras por el lado sur y 43 por el lado norte del río, en lo que es ahora Tamaulipas y Texas. Estas porciones se encontraban a lo largo del río entre lo que es ahora los límites orientales del municipio de Camargo y el Puente Internacional Reynosa-Pharr. Por el lado de Texas, la porción 43 comenzaba en lo que es ahora los límites de los Condados de Starr e Hidalgo y se extendía hasta las inmediaciones del puente mencionado. Pero la jurisdicción era mucho más grande, existían muchas tierras realengas al norte, sur, y oriente, fueron tierras de la Corona Española.
Compraventa de terrenosLos primeros pobladores no podían vender al principio sus terrenos mercedados, por lo que fue en la década de los años de 1770, que empezaron algunos pobladores a comerciar sus tierras y otros a pedir agostaderos fuera de las porciones. Por ejemplo, en el testamento de 1798, don Juan Antonio Ballí (Guerra) dice que había adquirido varias porciones aledañas a su rancho en las Lomas de San Antonio, que se encontraba en la porción 13 (hoy el centro de Reynosa).
Él había adquirido por compra las porciones de Cristóbal Cano y de José Fernández Cano, antiguos pobladores de las porciones 14 y 15; por el poniente los hijos de Juan Antonio aprovecharon también las porciones 8 a la 11 (área metropolitana de Reynosa), tierras que habían quedado vacas o vacías de los pobladores que se mudaron río abajo desde el año 1767. Su hijo José Francisco Ballí, quien trasladaría la antigua villa al rancho de su padre, compró de Salvador Salamea la porción de tierra número 12 en 1799, el año que empezaban los trámites en la Intendencia de San Luis Potosí y la Ciudad de México, para que se trasladara la villa de Reynosa a su lugar actual.
Varias porciones de tierras, al norte de la Loma de San Antonio y a lo largo del río Bravo, fueron compradas por Manuel Gómez de Monclova, Coahuila, quien fue el segundo esposo de Gregoria Ballí, hija de Juan Antonio y hermana de José Francisco del mismo apellido. Gómez también adquirió el agostadero Santa Anita con la ayuda de Rosa María de Hinojosa de Ballí, tierras que heredarían Antonio y Estanislao Domínguez Ballí, hijos del primer matrimonio de Gregoria. Su nieta Salomé Ballí Domínguez se casaría en segundas nupcias con John McAllen, a mediados del siglo XIX. Es de este personaje de donde proviene el nombre de la ciudad vecina.
- Mapa donde se encuentran algunas de las tierras adquiridas por Rosa María de Hinojosa de Ballí.
Rosa María estaba casada con José María Ballí, hermano de Juan Antonio y tío de José Francisco, quienes eran los dueños de la Loma de San Antonio donde se reubicó Reynosa en 1802. Desde la década de 1782, Juan José de Hinojosa y José María Ballí (padre y esposo de Rosa María) trataron de obtener una merced de tierras conocida como San Vicente del Llano Grande, en lo que es la parte oriental del actual condado de Hidalgo. En el Archivo Histórico de Reynosa (AHR) se encuentran documentos sobre el conflicto con las tierras del paraje la Florida, en 1790.
En otros documentos del AHR muestran la compra que hace en 1793 el esposo de Rosa María, Juan José, de las mercedes de tierras: en el paraje la Calavera de Dionicio Zamora, la porción número 42 que vende su viuda Antonia Ramírez; en el paraje la Estacas la merced 46 de José Matías Tijerina.
En ese mismo año, Rosa María compró el potrero La Castaña a doña María Rita de la Garza, viuda de don Bartolomé Fernández; propiedad que lindaba con el Arroyo Colorado. Al siguiente año de 1794 adquirió de su sobrino José Francisco (hijo de Juan Antonio Ballí), un terreno con un jacal al sur de la plaza de la antigua villa (Reynosa Díaz); este estaba al centro de la cuadra por la parte sur, donde se encontraba la Casa Consistorial (al poniente) y la casa de Manuel Gómez (al oriente). Esto muestra que era vecina de su sobrina, Gregoria Ballí; las dos matriarcas del antiguo poblado de Reynosa (ahora Reynosa Diaz).
Rosa María y su hermano Vicente denunciaron en 1798 doce sitios del agostadero “Las Mesteñas.” Documentación en el AHR revelan un número de poderes dados a otras personas para tramitar la adquisición de estas tierras, llevados a cabo en San Luis Potosí y en México; además para el manejo de una capellanía dada a su hijo, el Bachiller José Nicolás.
Entre las mercedes de tierras obtenidas por el clan de Rosa María estaban La Feria, Las Mesteñas, Ojo de Agua, San Salvador del Tule, Las Castañas, La Isla del Padre (nombrada por su hijo Nicolás), La Florida y otras propiedades en cuatro condados del actual sur de Texas. Según los historiadores texanos, Rosa María llegó a poseer más de un millón de acres (400,000 hectáreas). Su fortuna la adquirió principalmente en la última década del siglo XVIII; fallece en Reynosa aproximadamente en 1803.
Uno de sus hijos, Juan José, recogió unos barriles de vino de un naufragio en la Isla de Santiago (del Padre Ballí) sin reportar el importe al fisco, por lo que sería recluido en prisión en la capital del Nuevo Santander que era entonces San Carlos, donde falleció. El Bachiller José Nicolás fue el primer párroco de la Congregación del Refugio (hoy Matamoros) y es reconocido por su participación en el movimiento insurgente durante la Guerra de Independencia en la región, pero esto será contado en otra ocasión.