A tres semanas de que fuera desalojada de migrantes la Plaza de la República en Reynosa, autoridades municipales siguen sin cumplir la promesa de habilitar el albergue “Senda de Vida II”, lo que ha provocado desesperación y manifestaciones entre la comunidad.
La construcción todavía carece de servicios básicos y techumbre, además de que las calles de ingreso no cuentan con pavimento.
La promesa de las autoridades era terminar el inmueble con una capacidad para hasta 2 mil 500 personas, y después hacer el desalojo.
Pero en la práctica ocurrió al revés, sin aviso a los migrantes, de madrugada y con apoyo de la Guardia Nacional.
A pesar de que la mayoría de migrantes que ocupaban la Plaza de la República ya han cruzado hacía el vecino país, el arribo de nuevos ha generado una crisis. “No tenemos dónde comer ni dormir, estamos en el piso, no se permite que ingresemos, es muy triste y desesperante pero salimos de Haití por violencia, en búsqueda de una vida mejor”, relató Maria, migrante proveniente de Haití.
Los testimonios de desesperación se encuentran en cada migrante, incluso en los que han sido expulsados de Estados Unidos de manera reciente. “Vengo de Colombia y para llegar aquí he sufrido demasiado, en el camino fui violada, ha sido tan difícil dejar mi hogar por caso de secuestro, no puedo estar allá, aquí la única respuesta de los que vigilan el albergue es que esperemos en la calle”, señaló Dolores, migrante.
“Senda de Vida II” inició su construcción a principios de este año y se ubica en la colonia Aquiles Serdán, a un costado del basurero Las Calabazas, a escasos metros del Rio Bravo.
El último reporte de las autoridades indicaba que solo quedaba pendiente el 10 por ciento, pero de esto han pasado meses.
Los que construyen son migrantes quienes se turnan para descansar y alimentarse, a ellos si se les permite dormir dentro junto con sus familias.
Manifestación…
En la desesperación de que el albergue no concluye y de que en la sección I de “Senda de Vida” no hay ingreso, migrantes haitianos realizaron una protesta, en la que levantaron pancartas pidiendo ayuda y solidaridad de las autoridades. “Ahí adentro hay muchos lugares, no sabemos porque no se nos deja ingresar, en la calle estamos muy expuestos, no estamos pidiendo beneficios, pero porque si dejan ingresar a cubanos y a nosotros no”, explicaron.
En esta área pueden observarse a miles de migrantes, incluyendo familias con hijos pequeños rogando por un hogar. “Todos los días estamos esperando que nos digan que podemos ingresar pero no ha pasado, aquí estoy con mi familia, mi esposa que está embarazada y mi hija de cinco años, la verdad es que yo no puedo dormir, porque tengo miedo que les pase algo”, refirió Jones, migrante haitiano.
Son pocas las personas que alcanzan cupo en los albergues, la saturación es evidente.