Así como la sequía ha causado molestias y una sed constante por las altas temperaturas, afectando a personas y animales como mascotas, también las áreas verdes resienten los mismos efectos por la ola cálida.
Por lo que al menos dos veces por semanas son sujetas a riego para evitar se sequen y con ello perder estos espacios naturales que proporcionan sombra y descanso frente al ambiente acalorado de la mañana y tarde.
Las áreas verdes reciben agua que se transporta en pipas y que trabajadores municipales realizan el riego en plazas y áreas verdes de la ciudad.
Lo anterior con el propósito de conservarlas y no sucumban ante el calor y la canícula intensa que recién esta semana ha concluido.