Ambiente festivo se vivió ayer en los distintos balnearios de Reynosa, incluida La Playita Uno y La Playita Dos, sitios a los que acudieron más de dos mil familias para convivir en el último día de Semana Santa. Se observó que muchas personas se dieron a la tarea de prender carbón o leña en los asadores para preparar alimentos como pollo o carne asada.
Pese a la prohibición de introducir bebidas alcohólicas dispuesta por el ayuntamiento local, se vieron varios casos en los que, sobre todo masculinos, ingresaron cerveza al lugar.
Y aunque pocos fueron los que se internaron a las frías, peligrosas y turbulentas aguas del río Bravo, no hubo personal de salvavidas en ambas playas para auxiliarlos en caso de alguna contingencia.
Las torres instaladas exprofeso por distintos rumbos de la Playita oficial lucieron vacías, porque no se contrató a persona alguna especializada en nado y rescate de visitantes que pudieran estar en peligro de ahogamiento. Afortunadamente no hubo contingencia en ese sentido.
El hecho pasó desapercibido para algunas personas, pero otras lamentaron que no se haya contado con elementos encargados de salvar vidas de bañistas.
La gente se dedicó a divertirse, algunos alegraron el ambiente encendiendo aparatos de sonido a alto volumen, otros con moderado, y los más no llevaron nada de eso, pero en cambio, algunos prendieron los radios y estéreos de sus vehículos.
Se vio por ahí una ambulancia de la Cruz Roja, en tanto que uno de los médicos enviados para brindar atención médica a los paseantes que lo requirieran dijo que no hubo hechos qué lamentar.