Por el rumbo del puente internacional Pharr en un predio que comparte estacionamiento con camiones de carga, se encuentran las esculturas del Lago Orizatlán, mismas que fueron padre de un complejo turístico hace medio siglo en Reynosa, fundado por don Manuel Iglesias.
Las esculturas hechas con cemento y varilla abordan toda la historia de México, a través de etapas como pre-hispánica, la conquista española, independencia, Reforma, Revolución Mexicana y la era moderna.
Luego de que fuera comprada la propiedad en donde están asentadas, se ha acumulado el tiempo, maleza y el olvido.
Al menos en dos ocasiones se ha planteado su rescate y conservación, pero no ha pasado de meta buena voluntad e intenciones, muchas de las esculturas se encuentran derruidas y casi perdidas, pero otras más se alzan desafiando al tiempo y el clima, a lo lejos desde la carretera se les puede observar, como esperando ser rescatadas y devolverles el esplendor y atractivo que tuvieron ya hace muchos años.