El Mañana / Staff
Con una plática dirigida a trabajadores del IMSS Reynosa, encaminada a hacer conciencia sobre el serio problema que constituye el alcoholismo, concluyeron las actividades de la 28 Semana Nacional Compartiendo Esfuerzos, organizada por Alcohólicos Anónimos (AA).
Acudieron representantes de dicha organización sin fines de lucro a exponer el tema ante empleados del Instituto Mexicano del Seguro Social, localizado en calle Zertuche Ibarra y Praxedis Balboa.
Durante la misma semana, acudieron a la Puerta Cinco de Petróleos Mexicanos (Pemex), a donde también llevaron el mensaje sobre el mismo tema.
Otro de los lugares visitados con ese propósito por representantes de AA fue la planta Criogénica situada por carretera Reynosa a Monterrey.
Las personas a las que les impartieron la plática recogieron con interés el contenido de la ponencia expuesta, comentó uno de los organizadores del evento que tuvo duración de una semana. Inició el lunes y terminó precisamente el viernes.
Para agradecer lo que consideraron valiosa aportación de los medios de comunicación locales para la difusión del tema abordado en esta ocasión, se les ofreció una comida.
BRINDA TESTIMONIOUn joven que inició el consumo de alcohol a los 15 años de edad da su testimonio de vida y llama a quienes también padecen esta enfermedad, a que se acerquen a Alcohólicos Anónimos, donde encontrarán una importante ayuda que los hará, con voluntad de su parte, dejar de lado la bebida, como ocurrió con él.
“Yo a corta edad me inicié en la tomada y recuerdo que fue gradual el consumo. A los 18 años ya me había convertido en un alcohólico y pues yo no lo sabía, pero sí me di cuenta de que había perdido el control de mi manera de beber”, dijo.
Agregó que a partir de ese momento, su vida comenzó a ser distinta, no tenía ánimos ni podía concentrarse en los estudios y la mayoría de sus amigos eran también alcohólicos, así como sus familias.
“El alcohol estaba presente en todos sus círculos sociales y era difícil escapar de él”, afirmó.
Cuando cumplió 25 años murió su padre y su familia se desintegró aún más, también la mujer con quien quería casarse decidió no permanecer a su lado.
Eso definitivamente, asegura, lo “mandó a la lona” y se aisló de todos. Después de un año de caer en un alcoholismo más severo asistió a una reunión de AA, “y ahora con mucho gusto puedo decir han pasado ya más de 8 años y no he vuelto a consumir ni alcohol ni ninguna otra sustancia que altere su conciencia”.
Dice vivir contento pues se ha superado académica y laboralmente y que aunque todavía no logra todos sus objetivos, sabe que mientras no beba y asista a sus reuniones de AA, todo va a estar bien.