Ciudad de México
Con pocas palabras, el Barcelona publicó el pasado jueves que el ciclo de Lionel Messi con el club había terminado, argumentando que las reglas financieras de la Liga española hicieron imposible la permanencia del máximo goleador en la historia del cuadro culé.
Nadie habló al respecto y durante muchas horas se multiplicaron las especulaciones aun con lo aparentemente tajante del comunicado.
“A pesar de haberse llegado a un acuerdo entre el FC Barcelona y Leo Messi y con la clara intención de ambas partes de firmar un nuevo contrato en el día de hoy (jueves), no se podrá formalizar debido a obstáculos económicos y estructurales”, detalló el Barcelona en su comunicado.
Era de dominio público que ese mismo día se anunciaría la renovación de la sociedad, cuyos detalles se habían ido filtrando durante el verano, con el asunto de la reducción salarial como uno de los polos de atención. Messi habría aceptado reducir su salario, de 138 millones de euros al año, hasta un 70 por ciento con tal de que el club respetara el tope salarial que reina en LaLiga y que el Barsa no podía cumplir por las pérdidas derivadas de la pandemia y la imposibilidad de reducir la plantilla.
La noticia del martes sobre una inyección millonaria de capital a LaLiga, vía la inversión de 3 mil 200 millones de dólares de la firma CVC, provocó incluso que se echaran campanas al vuelo, pues el Barcelona pondría punto final al drama de recortar los sueldos de su plantel.
Todo eso habría quedado en segundo plano con la bomba del jueves y Leo Messi, libre desde el 30 de junio, tendría que hallarse un nuevo equipo.
¿A DÓNDE TE IRÁS, LEO?
Con la libertad de irse a donde quiera sin que su nuevo club tenga que pagarle un euro al Barcelona, Lionel Messi puede escoger su nuevo destino. El problema sería que el equipo al que llegue absorba su sueldo, cuya cifra más reciente rondaba los 71 millones de euros. Con todo, hay un puñado de clubes que no tendrían problema en desembolsar tal cantidad, pensando que muy pronto la recuperarían.