NUEVA YORK
Fenster, que fue sentenciado la semana pasada a 11 años de trabajos forzados, fue entregado el lunes al exdiplomático estadounidense Bill Richardson, que ayudó a negociar su libertad. Es uno de más de 100 periodistas, funcionarios de medios o editores que han sido detenidos en Myanmar desde que el ejército derrocó el gobierno de Aung San Suu Kyi en febrero.
Fenster dijo al llegar a Nueva York que “se siente increíble” estar de regreso. “Ha tardado tiempo en llegar, un momento que había estado imaginando tan intensamente por tanto tiempo. Supera todo lo que imaginé”.
Su madre, Rose, corrió a abrazarle cuando él se bajó de un auto junto a un hotel del aeropuerto. Su hermano y su padre también le abrazaron.
Cuando estaba encarcelado, Fenster le dijo a su abogado que pensaba que tenía COVID-19, aunque las autoridades penales lo niegan. El lunes por la noche, de tránsito en Qatar, les dijo a reporteros que estaba bien físicamente y que no había sido golpeado ni hecho pasar hambre durante su detención.
Fenster, redactor principal de la revista de la internet Frontier Myanmar, fue convicto el viernes de diseminar información falsa o incendiaria, contactar a organizaciones ilegales y violar regulaciones de visas. Días antes de ser sentenciado, se enteró de que había sido acusado de cargos adicionales que le ponían en riesgo de cadena perpetua.
“Estamos muy agradecidos de que Danny podrá finalmente reencontrarse con sus seres queridos, que han estado defendiéndole todo este tiempo, contra obstáculos inmensos”, dijo Richardson, un exgobernador de Nuevo México y exembajador en la ONU, en una declaración el lunes.
Fenster había estado detenido desde su arresto en el aeropuerto internacional de Yangón el 24 de mayo.