Misiones a Marte, astronautas yendo y viniendo de la Estación Espacial Internacional, el programa espacial cada vez más ambicioso de China. Las noticias relacionadas con el espacio fluyen, y no provienen solo de las naciones más grandes y ricas del mundo. También de América Latina.
El 17 de febrero, el Congreso de Nicaragua, una de las naciones de la región más pobre y propensa a los conflictos, aprobó una ley para crear una agencia espacial. Costa Rica, conocida por su relativo crecimiento y estabilidad, hizo lo mismo el 18 de febrero, el día en que el explorador Perseverance de la NASA aterrizó en Marte.
Los beneficios potenciales del espacio son tentadores para muchos países con recursos escasos. La tecnología satelital, las asociaciones internacionales, el orgullo nacional y el desarrollo local, atraen. Inevitablemente, los críticos opinan que es un despilfarro, un proyecto de vanidad, una distracción de los problemas urgentes.
La gente siempre se pregunta cuál es el sentido de que países con problemas socioeconómicos decidan invertir en un programa espacial, de acuerdo con Temidayo Oniosun, director gerente de Space in Africa.
“En primer lugar, la mayoría de los países en desarrollo están interesados principalmente” en las tecnologías espaciales para abordar los desafíos del desarrollo, dijo Oniosun en un correo electrónico a The Associated Press. Algunos quieren un satélite de comunicaciones “porque ofrece un excelente rendimiento de la inversión y ayuda a cerrar la brecha digital. Es por eso que rara vez se ve a un país en desarrollo hablar de exploraciones espaciales (Luna, Marte, etc.) y esas cosas”, agrega el experto.