TICK, TICK...BOOM!
El compositor Jonathan Larson murió a los 35 años un día antes del estreno de su musical RENT, ganador del Tony y del Premio Pulitzer. Nunca supo el impacto que logró.
Pero antes de crear esa pieza que revolucionó el teatro musical en Broadway, era un escritor con deudas, que trabajaba de mesero y que padecía la ansiedad de querer crear un gran musical.
De esa frustración surgió el monólogo musical autobiográfico Tick, Tick...Boom!, que años después de su muerte se conceptualizó como obra musical y ahora como película que marca el debut tras la cámara del multipremiado Lin-Manuel Miranda (Hamilton, In The Heights).
El resultado es fascinante, ya que la cinta te lleva de lleno al proceso creativo y a lo tormentoso que puede ser el sentirse bloqueado.
Miranda logra efectivos números musicales que se comparten entre un escenario y el mundo donde se mueve el personaje y tiene un muy afortunado debut como director de cine.
Andrew Garfield logra una interpretación deslumbrante de Larson, y al ver los videos en los créditos del final quedarán impresionados con la manera en que captó al artista, en un trabajo que sin duda merece una nominación al Óscar.
Los fans de RENT notaran guiños en la historia, para mostrar de donde puede haber salido la inspiración del musical y los seguidores del teatro musical se divertirán además con los cameos de grandes figuras de Broadway.
JAMAICA BAJO CERO
Basada en la historia real del primer equipo jamaiquino de corredores de trineos que llegó a los Juegos Olímpicos de Calgary, a mediados de los años 70, la cinta del director Jon Turteltab, es diversión pura, bien lograda y sin muchas pretensiones. Planteada como comedia, un tanto simple y que a ratos -como casi todas las películas de deportes- es bastante predecible, la cinta logra entusiasmar al espectador a base de personajes simpáticos, buena fotografía, un guión ligero, edición y música de fondo bien logrados. John Candy, como el entrenador del equipo, ofrece un trabajo digno de un primer actor. El filme aborda, desde su perspectiva muy particular, el racismo, pero haciendo énfasis más en la nacionalidad de los protagonistas que en el color de su piel. La secuencia cumbre del filme es verdaderamente emocionante, gracias a la excelente edición de Bruce Green y la increíble partitura musical del genial Hans Zimmer.