FREE GUY
Free Guy: Tomando el Control es una divertida comedia que se convirtió en un éxito en cines durante la pandemia y ahora llega al streaming.
Cuenta la historia de un empleado de banco común corriente, interpretado por Ryan Reynolds, que descubre que en realidad es un personaje en un videojuego.
De esta forma decide que debe convertirse en héroe y cuando el mundo real amenaza con eliminar el juego, debe ponerse las pilas para salvar ese universo virtual.
Si bien la trama suena a una mezcla entre The Lego Movie y The Truman Show, la cinta dirigida por Shawn Levy es una delicia, con mucho humor y principalmente mucho corazón.
Reynolds tiene bastante carisma y hace un personaje entrañable, que ya tendrá pronto una secuela, y Jodie Comer como la chica del mundo real con un avatar en el juego tiene mucha química con el actor.
Destaca también el cineasta ganador del Óscar Taika Waititi como el villano de la historia. Técnicamente la cinta es una joya, además de que el guion de Matt Lieberman y Zak Penn es muy inteligente y tiene referencias muy divertidas.
Free Guy: Tomando el Control es una gran sorpresa que puede disfrutarse con toda familia.
NO ONE GETS OUT ALIVE
Basada en la novela de Adam Nevill, Nadie Sale con Vida es la historia de una joven inmigrante ilegal mexicana en Estados Unidos que llega a una pensión en Cleveland donde se topa con algo terrible y espantoso.
Es un thriller de fórmula bastante eficiente en cuanto que cumple con las expectativas que levanta ya que cuenta con una trama con las suficientes ambigüedades para mantener al público intrigado y la consabida y horrorosa vuelta de tuerca.
También incluye a una protagonista que oscila entre la bobería, la terquedad, la imprudencia y la ausencia total de sentido común, que asegura que la audiencia se quedé ganchada para ver hasta dónde puede llegar, aunque se pierde casi por completo la crítica a la situación de los trabajadores indocumentados en Estados Unidos porque el guion de Jon Crocker y Fernanda Coppel se queda muy en la superficie.
Esta producción británica, filmada en Rumania, tiene una buena producción en tanto que logra crear las atmósferas sombrías de la vieja pensión y las alucinaciones que ese lugar provoca.
La narrativa del director Santiago Menghini es bastante ágil y eso termina por agradecerse en este tipo de películas.