Londres, Inglaterra
Isabel, de 95 años, había cancelado incluso las reuniones virtuales el martes tras presentar síntomas parecidos a los de un resfriado. Su edad, diagnóstico de COVID-19 y reciente problema de salud han sido motivo de preocupación para los funcionarios británicos y el público, pero el hecho de que esté lo suficientemente bien como para hablar con Johnson fue visto como una señal alentadora.
El palacio dijo el domingo que Isabel, que ha recibido tres dosis de la vacuna contra el coronavirus, continuaría realizando tareas “ligeras” en el Castillo de Windsor durante la próxima semana.