Ese trozo de metal la acompaña a todos lados. Y da la impresión de que Aremi Fuentes siempre le encuentra algo nuevo, que no había visto, porque la observa con detenimiento, con amor. No podía ser de otra forma. La medalla de bronce obtenida en los Juegos Olímpicos Tokio 2020 materializa todo lo realizado durante más de una década en la halterofilia.
Porque, además de ser medallista olímpica juvenil, centroamericana, panamericana y mundial, la chiapaneca llegó a Japón como una de las mejores cinco en el mundo, así es que su presea no debe considerarse una sorpresa.
"Hice una clasificación excelente. Desde 2017 estoy rankeada en el Top 5 mundial, así que no iba a ser una sorpresa si ganaba medalla, porque los resultados ahí están en Juegos Centroamericanos, Panamericanos, fui medallista mundial, pero sí tenía mucha presión", admite Fuentes, en entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL.
"Mucha gente no sabía qué estaba pasando, así es que venía presión porque mi preparación no era la idónea, la que me hubiera gustado tener, pero ya lo que pasó, pasó, y a pesar de eso saqué lo valiente en la competencia, además tenía la presión de saber que estaba en el Top 5, peleando medallas, y lo que me ayudó es que fuimos realistas.
"No fuimos a buscar el oro ni la plata, porque sabíamos las condiciones en las que estaba, así es que el único objetivo era subirnos al podio y gracias a Dios salió la medalla", afirma contenta.