Ministros de la Iglesia Católica auspiciaron y presentaron al gobierno de Canadá un proyecto migratorio con la solicitud de recibir en ese país a las personas aquejadas por la violencia del crimen organizado, otorgándoles residencia legal y visas de trabajo.
Uno de los impulsores de esta iniciativa humanitaria es el sacerdote Gregorio López Gerónimo, el Padre Goyo, representante legal de la asociación civil El Buen Samaritano, con sede en Apatzingán.
En entrevista con Proceso, el presbítero informa que el proyecto suscrito por la agrupación fue elaborado y financiado por el arzobispo de Montreal, Leonardo Marín-Saavedra.